Una de las fechas memorables, que muchos salvadoreños guardan en su memoria, es el 4 de julio de 1988, cuando la Madre Teresa de Calcuta, llegó al país a inaugurar un centro de asistencia para ancianos y otras personas desvalidas.
Como El Salvador estaba en plena guerra, las primeras palabras de la religiosa, a su llegada al país, fueron que “la paz que tanto anhelan los salvadoreños solo se puede alcanzar mediante la oración, que es una forma de acercarse a Dios”.
Madre Teresa también asistió al hospital para enfermos de cáncer Divina Providencia, en la colonia Miramonte, donde, aprovechó para visitar la habitación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, ante cuya imagen elevó sus plegarias por el eterno descanso del alma del religioso.
La premio nobel de la paz, compartió una homilía con el entonces Arzobispo de San Salvador, Monseñor Arturo Rivera Damas, en la Catedral Metropolitana de San Salvador.
Durante su estadía de alrededor de una semana en el país, Madre Teresa también llegó a la Iglesia San José de La Montaña, al costado norte del monumento al Divino Salvador del Mundo, en la colonia Escalón para rezar el Santo Rosario, donde oró a Dios por la paz en El Salvador.
Se reunió con el entonces presidente, en funciones, Rodolfo Antonio Castillo Claramount, en casa presidencial, participó en una misa de campaña, en la colonia Buenos Aires y frente a la Catedral rezó el Santo Rosario para pedir por la paz del país a la Virgen María.