Ingresar a la cabecera en vehículo o transporte colectivo desde San Miguel, vía Litoral, se ha convertido en un enorme dolor de cabeza para quienes a diario deben hacerlo, debido al cuello de botella que forman los vendedores informales a la entrada a la ciudad, según varios automovilistas.
Al desorden suman las trabazones en las cuadras comprendidas entre la entrada y la municipalidad, debido al desorden vehicular.
Los automovilistas sostienen que pasar ese punto les lleva hasta 20 minutos, por lo que piden a las autoridades municipales que intervengan ordenando las ventas. A la Policía de Tránsito le solicitan lo mismo con el tráfico de autos.
Vecinos, como Luis Ramírez, aseguran que con la llegada del nuevo gobierno municipal, presidido por Miguel Jaime, los vendedores ambulantes han proliferado en la zona.
“Lo que Meardi liberó, ya está ocupado de nuevo”, dice.
Pese a lo dicho por la ciudadanía, en la municipalidad aseguran que se hacen esfuerzos por ordenar las ventas.
Sobre el tráfico, Tránsito de la Policía vigila, eventualmente, la entrada y la fluidez mejora un poco.