FOTOS: El Salvador de hace 100 años en un libro

Este septiembre, la Biblioteca Nacional viaja a principios del Siglo XX, recorriendo las páginas de "El Libro Azul" de El Salvador, de 1916

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elsalvador.com

Por Rosemarié Mixco

2016-09-05 6:55:00

1916. Centroamérica estudiaba la propuesta del mexicano Venustiano Carranza de unificarse a México, proposición que nunca fructificó. 

También fue el año en que Albert Einstein publicó su teoría general de la relatividad (20 de marzo), quince días después que en España se fundara el Real Club Deportivo Mallorca.


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Iniciando julio de 1916, en las costas de Nueva Jersey, Estados Unidos, se registraron una serie de ataques de tiburones que impactaron a la población, mismos que años después inspirarían el exitoso filme de Steven Spielberg, Jaws (1975). Asimismo, el 17 de julio, en Buenos Aires, Argentina, la selección de Uruguay ganaba la Primera Copa América.

Mujeres y sus hijas en el parque San Martín de Santa Tecla.

Días después, ya en el mes de agosto, en El Salvador, el gobierno del político Carlos Meléndez publicaba el Libro Azul correspondiente a esta nación centroamericana. Pero, ¿qué era el Libro Azul? ¿Cuál fue su propósito y a quiénes fue dirigido? Los libros azules fueron parte de una iniciativa de los Estados Unidos para promover internacionalmente a la región centroamericana, con fines netamente comerciales y turísticos. Antes de lanzarse el documento salvadoreño, Guatemala y Costa Rica hicieron lo suyo. Años después, saldrían a la luz los de Nicaragua y Panamá. El proyecto, también incluyó a Cuba y Colombia.

Integrantes de la Corte Suprema de Justicia

 

El gigante del norte quería expandir sus rutas comerciales y ante el conflicto con su vecino azteca (Revolución Mexicana) puso los ojos en Centro América. Hace 100 años, un equipo de intelectuales contribuía con el gobierno de Meléndez a recopilar toda la información importante del territorio salvadoreño que debía figurar en aquella guía comercial.

"Para elaborar el “Libro Azul” de El Salvador, se conformó un equipo de cinco personas, integrado, según por el profesor Spiro Rossolimo, quien dirigió junto con su esposa Frida, la Escuela de Bellas Artes en Guatemala en 1915 con el aval del Presidente Estrada Cabrera. Francisco Román González, Mr. L.A. Ward, quien fungió como editor y compilador, Guillermo Prieto Yeme y David J. Guzmán, éste último médico de profesión", se detalla en comunicado.

Cien años depués, la Biblioteca Nacional quiere promover esa misma guía de propósitos económicos para hablar de historia, cultura y diversidad social. Lamentablemente, el libro en poder de la Biblioteca fue mutilado en diferentes oportunidades por personas que lo consultaron en el pasado, robando imágenes antiguas a filo de "guillette". "Cuando decidimos digitalizarlo, pensamos que no debíamos hacerlo con este ejemplar mutilado y buscamos alguno que estuviese en buen estado", explicó el director de la Biblioteca, Manlio Argueta.


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El donativo llegó del Externado San José, de manos de su rector el padre Aníbal Meza, quien poseía un ejemplar como nuevo. Hoy, las 532 páginas que atesoran la historia salvadoreña en ese obsequio permanecen resguardadas, lejos de los visitantes. Pero el hecho de protegerlo, no implica obstruir su promoción. Ya con el tomo completo, el Libro Azul fue digitalizado y hoy está disponible para todos los que quieran consultarlo en la Biblioteca.

Paso del río Acelhuate en la Hacienda Colima, aún no estaba contaminado.

Los libros azules fueron escritos en dos columnas, una en español y la otra en inglés.  Ofrecen las ventajas geológicas de cada país, así como su geografía y raíces históricas. Muestra las actividades económicas de aquella época, con los nombres y apellidos que lideraban el desarrollo de cada nación. Además, se muestran las diferentes razas existentes en el istmo y la conformación de cada una de las sociedades. Las bellezas turísticas, monumentos y edificaciones estratégicas, y el potencial laboral que atrajera la inversión extranjera.

"Todos fueron libros nacionales y fundacionales que salieron en un periodo de crecimiento y bonanza regional… , afirmó Carlos Aguiluz, del Archivo General de la Nación, ubicado en el Palacio Nacional.  "A principios del siglo XX, las rutas comerciales en la región se habían extendido significativamente y nosotros (El Salvador) comenzamos a ‘afrancesarnos’. El pan francés, las palabras salú y aló son herencia francesa. El ejército, antes del conflicto civil de los 80, era muy francés: los instructores eran franceses, los aviones franceses…", añadió el historiador.

Turistas en la estación del ferrocarril en Acajutla. 

Un detalle que hay que destacar es que a diferencia de los libros de Guatemala y Costa Rica, que se imprimieron fuera de sus fronteras, el Libro Azul de El Salvador fue impreso y encuadernado en la Imprenta Nacional. 

Esos y muchos otros detalles quedaron registrados en el Libro Azul y este mes dedicado a la patria, vale la pena viajar en el tiempo y conocer esas raíces que nos hacen lo que hoy somos.