Si hay una palabra que el aficionado futbolero medio de El Salvador desprecia con toda su alma esa es “amaño”. Los viejos fantasmas de una generación encandilada con el dinero a tal punto de vender partidos de su propia selección nacional -además de sus equipos- sacudió los cimientos de todas las estructuras del fútbol.
Gracias a Dios los jugadores, los que heredaron la Selecta de aquella generación de amañadores, están actuando con la dignidad que les faltó a sus antecesores.
? La cicatriz de los amaños aún no ha cerrado, columna de opinión por @Gusflores21.
? https://t.co/pV9ZUJve9U pic.twitter.com/aoOg9nVEsQ
— EDH Deportes (@EDH_Deportes) September 8, 2016