Salvadoreños esperan meses para recibir asilo en Nicaragua

Especialistas en el tema de desplazamiento forzado consideraron indignante la rapidez con la que se concedió el asilo político a Funes.

descripción de la imagen

En los últimos años ha habido un incremento de los salvadoreños que piden refugio en Nicaragua. 

/ Foto Por Internet

Por Xenia González Oliva

2016-09-08 7:00:00

El expresidente Mauricio Funes obtuvo el asilo político de Nicaragua en un tiempo que bien podría considerarse récord: en menos de 48 horas. 

Mientras tanto, cada día cientos  de salvadoreños huyen de sus hogares, víctimas de la violencia y las amenazas de las pandillas, para llegar a otros países donde deben esperar por meses para recibir una respuesta a su petición de asilo humanitario.

La facilidad con la que el exmandatario recibió la respuesta a su solicitud de asilo ha generado indignación y sorpresa entre quienes trabajan de cerca con el tema de la migración y el desplazamiento forzado.

Si bien las figuras de asilo político y humanitario son distintas, lo ocurrido con Funes demuestra la inequidad que hay en el acceso a protección internacional, consideraron los especialistas consultados.

Jaime Rivas, sociólogo investigador en temas de migración y asilo, consideró: “No nos parece justo que tantas personas estén siendo desplazadas y que no sean reconocidas por el Estado. Y viene alguien, por otras razones y sobre todo con los cuestionamientos que lleva, llegue y el Estado le reconozca así (de rápido) el asilo”.

Añadió que los Estados deberían garantizar que cualquier persona, independientemente de su condición, tuviera igual acceso a protección internacional. 

Actualmente, un salvadoreño que solicita asilo humanitario ante Nicaragua puede esperar de uno a dos meses para recibir una respuesta. Si su petición es rechazada y pide una revisión debe esperar más. “Cuando la persona se encuentra bajo amenazas o la vida está en riesgo, pues no debería haber distinción; muchas veces lo que ocurre es que los intereses de los Estados hacen que exista distinción de personas”, consideró Mauro Verzeletti, director del Centro Pastoral de Atención al Migrante.

De acuerdo al diario oficial de Nicaragua, La Gaceta, la solicitud de Funes fue aprobada en base a “convenciones internacionales” y porque “la Constitución de la República de Nicaragua asegura el asilo a los perseguidos políticos”. Pero la publicación no especificaba en qué convención internacional se basó la decisión, al no ser un asilo humanitario.

“Nicaragua es respetuosa y cumplidora de los convenios de asilo y los instrumentos de derechos humanos y derechos humanitarios ratificados que establecen que es potestad soberana del Estado asilante otorgar el asilo”, añadía la nota del diario.

En los últimos años se ha incrementado la cantidad de personas que huyen hacia Nicaragua. El 2015 cerró con 100 solicitudes de salvadoreños pendientes de respuesta.

“Este dato no refleja la cantidad de personas con necesidades de protección viviendo en Nicaragua”, dijo Rivas. 

Para que una persona pueda obtener el asilo debe comprobar su historia, con documentos de solicitudes interpuestas o certificados de muerte de familiares.

En octubre del año pasado, la directora del Servicio Jesuita en Nicaragua, Lea Montes, informó sobre las duras condiciones en las que llegaban los salvadoreños y sus familias. Muchos deben dejar todo al huir.

Montes dijo que, en algunos casos, debían buscar ayuda humanitaria porque había grupos de familia que no tenían con qué sostenerse. Además reveló que veía con preocupación que el gobierno de Nicaragua pueda limitar la recepción de solicitudes. 

Rivas confirmó que, según la Mesa del Desplazamiento Forzado, cada vez es más difícil obtener asilo.