LA UNIÓN. El municipio de Intipucá, tiene más de 50 años viviendo de las remesas enviadas desde Estados Unidos por casi la mitad de originarios de esa localidad que viven allá.
La historia particular de este pueblo indica que el primer intipuqueño que decidió emprender la travesía para conocer tierras americanas fue Sigfrido Chávez, en 1960.
Según Óscar Romeo Chávez, sobrino del primer migrante del municipio, Sigfredo viajó a tierras americanas por la insistencia de su madre, pero su partida fue con visa americana, que para esos tiempos eran fáciles de obtener.
“Mi tío era muy inteligente, viajó a trabajar a San Salvador, pero no estaba conforme con lo que ganaba y su madre le insistió en se que fuera a Estados Unidos”, dijo Chávez.
El hombre, sin saber el idioma nativo de los Estados Unidos, partió vía aérea y logró trabajar, por lo que al año retornó a su ciudad de origen y contó las oportunidades que habían en aquella nación para los que quisieran trabajar.
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De esa forma los intipuqueños se armaron de mucho valor y comenzaron a marcharse.
Elva Salinas fue la primera mujer del segundo grupo de 14 residentes de Intipucá que lograron llegar a Estados Unidos de manera legal.
Posteriormente, la migración se volvió ilegal y cada día era más numerosa, según los residentes más longevos de la ciudad.
Tanto así que por mucho tiempo Intipucá se quedó casi vacía, los que se dedicaban a la pesca y producción agrícola ya no estaban y esas labores casi desaparecieron por completo.
“Los caminos para las zonas de pesca se perdieron, todos vivíamos de remesas”, dijo Chávez.
Pero los residentes notaron que no podían dejar su pueblo sin progresar, por lo que por mucho tiempo comenzaron a crear esfuerzos que se concretaron en la inversión en mejora de calles, construcción de un estadio y el crecimiento urbanístico al estilo norteamericano, muy notorio en la actualidad.
Estos esfuerzos hicieron incluso que los que se quedaron, buscaran educarse para tener mejores oportunidades en caso que se fueran, u ofrecer sus servicios y apostar por mejorar su municipio, si se quedaban.
Ciudad moderna
Ahora, el municipio cuenta con sucursales bancarias, agencias de envío de remesas, casas comerciales, además de enormes viviendas construidas al estilo estadounidense.
La remesa es tan importante para el municipio, pues además de dinamizar la economía de sus habitantes, genera fuentes de empleo.
Según Chávez, cada familia que residen en Intipucá tiene al menos tres parientes que reside en Estados Unidos y que envía dinero permanentemente.
Ese dinero se traduce en ingresos para los comercios locales, pues los intipuqueños compran en su municipio, ya que ahí encuentran de todo.
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A ello suman que las construcciones de viviendas no paran.
Eso se traduce en generación de fuentes de empleo y por ende, comida para las familias que encuentran trabajo gracias a las remesas.
“Hay una casa a la entrada del pueblo que lleva un año de construcción, es enorme, bonita y lo mejor es que por un año le ha dado trabajo a la gente de Intipucá”, dijo el también sindico municipal.
Agregó que para seguir apostando al crecimiento del municipio, rico en turismo, están evaluando conformar un comité de salvadoreños residentes en Estados Unidos y en Intipucá para impulsar el rubro.
Los intipuqueños creen que de concretarse proyectos de turismo en la playa El Icacal, los lugareños y el municipio en general mejorarán aún más sus condiciones de vida.