Día de la Independencia: el necesario cambio de discurso

Hay unidad en la acción cuando hay una visión compartida, y para eso hay que ceder y negociar entre todos por el bien de los salvadoreños.

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Foto/Archivo / Foto Por Jaime Anaya

Por Carolina ??valos*

2016-09-12 9:08:00

Este año estamos celebrando el 195 aniversario de la Independencia, un mes completo de discursos, eventos culturales y cívicos, similar a los años anteriores. El discurso del Presidente de la República en la inauguración del mes cívico no fue nada excepcional ni novedoso. Sigue la línea tradicional de los muchos que hemos escuchado anteriormente, sobre un país inexistente.
 
Tres son los temas cruciales en el que enfoca su cansino mensaje el Presidente en su discurso: fortalecer el Estado de Derecho, fortalecer los procesos democráticos, y reducir la desigualdad y la exclusión social. En principio, nada que objetar. Son tres necesidades acuciantes e históricas en El Salvador, sin las cuales no podemos franquear la frontera hacia una sociedad moderna y un Estado eficaz.

Sin embargo, el mensaje presidencial parece dirigido a una sociedad imaginaria. Paradójicamente habla de fortalecer el Estado de Derecho como uno de los temas cruciales, en un contexto en donde el partido oficial se ha dedicado a atacar frontalmente desde sus distintas sillas —ejecutivo, asamblea, y partido político— a uno de los poderes del Estado que ha permitido “recuperar” el balance y la independencia de poderes después de más de 24 años de “democracia”. No satisfechos con escalar sus ataques y política de hostigamiento contra la Sala Constitucional y sus componentes, el FMLN y su Gobierno se han lanzado imprudentemente a “mover la tierra” bajo los pies de la Fiscalía General de la República, dificultando su trabajo en sus funciones que son, precisamente, defender los intereses del Estado salvadoreño.

“Unido el país avanza”, repite cual “mantra” nuestro máximo dirigente y la maquinaria propagandística gubernamental. Hay unidad en la acción cuando hay una visión compartida, y para eso hay que ceder y negociar entre todos por el bien de los salvadoreños, y no intentar convocarnos a una supuesta unidad para llevar a cabo la visión partidista de nuestro futuro, obviando el debate de ideas y el compromiso de visiones que puedan concitar un apoyo mayoritario entre la ciudadanía.

El discurso nos ofrece una visión acrítica y reduccionista de una región que sigue varada en su proceso de integración. Se ignora la evolución antidemocrática que está sucediendo en Nicaragua, se sigue dando largas a la unión aduanera y al libre tránsito de los centroamericanos en su propia región y, en definitiva, se ignora la apuesta por una ciudadanía centroamericana que permita un futuro esperanzador para las nuevas generaciones de nuestra región, con más oportunidades educativas, culturales y económicas en un contexto de libertades y respeto de los Derechos Humanos. La legitimidad democrática se vuelve indispensable para alcanzar la anhelada integración de ‘nuestros pueblos’, no se limita en la solidaridad, cooperación y hermandad… que quedan como conceptos vacuos sin el fortalecimiento de la institucionalidad democrática y el respeto por la igualdad ante la Ley.

El Salvador tiene las condiciones necesarias, intelectuales y políticas, para liderar en la región la construcción Centroamericana. No es solo un ideal político de Morazán, sino un objetivo estratégico para nuestro futuro como salvadoreños y, por tanto, debemos exigirles a los políticos que den a la integración centroamericana el lugar que le corresponde en el catálogo de prioridades políticas, y que no quede relegado al fácil recurso oratorio que se nos ofrece cada septiembre.

El quid para llegar a un proyecto común, y a la “unidad” tan reclamada por nuestro Presidente, se dará cuando acordemos una visión de nuestro futuro como sociedad, como país y como región. Solo entonces podremos alcanzar los tan anhelados Acuerdos de Nación. Es por eso tan importante que hagamos el esfuerzo permanente de abrir los espacios necesarios para que los distintos actores de la sociedad aportemos decididamente al desarrollo basado en la democracia, modernidad y justicia social.

El día de la Independencia no debería ser solo una celebración del pasado, sino un compromiso para un mejor futuro.
 

*Columnista de El Diario de Hoy.
@cavalosb