Argentino viaja hasta Alaska en microbús viejo

Para sobrevivir vende comida de su país.

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Foto Por Cortesía

Por Jaime García / comunidades@eldiariodehoy.com

2016-09-14 4:12:00

SAN SALVADOR. Franco Paltrinieri tenía 24 años cuando  decidió renunciar a su trabajo en el área de finanzas de una empresa de zapatos deportivos en Argentina y emprendió su viaje por el continente americano a bordo de su vieja camioneta Volkswagen.

Egresado de mercadeo, afirma que se “hartó de tener un trabajo de oficina” y armó maletas para viajar y algún día coronar su periplo en Alaska”. 

“Salí de la Argentina hace cuatro años. La idea más que nada es un viaje de intercambio cultural. Poder conocer el resto de países y sus culturas”, manifestó Paltrinieri.

Su viaje lo realiza a bordo de su camioneta Volkswagen año 1985, de fabricación brasileña, a la cual cariñosamente llama “Clarita”, su inseparable compañera.

El argentino agregó que desde su país hasta Alaska son alrededor de 22 países por los que debe de transitar.

“Estaba cansado de esas vida de ciudad y dejé todos mis títulos por este viaje. Van siete países y ahora me toca disfrutar de El Salvador y luego irme a Guatemala”, añadió.

Indicó que a El Salvador llegó el lunes 11 de septiembre pasado por la frontera El Amatillo.

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“Mi primer parada fue en San Miguel. Ahí estuve dos días y luego me fui al Cuco, hermosas playas y posteriormente me vine a San Salvador en donde fui excelentemente recibido por Jorge, uno de los fanáticos de los Volkswagen”, dijo el viajero.

El argentino dijo que compró su vehículo dos meses antes de emprender el viaje.

“Estaba prendido en fuego. Lo armé con lo que pude y salí de manera inconsciente, no tenía herramientas ni rueda de auxilio. Con el viaje me fui armando”, sostuvo.

Vender comida para vivir

Paltrinieri se las ingenio para construir una cocina improvisada en su camioneta Volkswagen.

Estacionado cerca del Monumento a la Revolución, en la colonia San Benito, en San Salvador, abre compuertas improvisadas para ofrecer platillos de la cocina argentina.

“Hago choripanes, sandwiches de carne, y vendo postales, calcomanías, camisetas que la gente me da en colaboración; y me ha tocado trabajar en bares, restaurantes”, sostiene.

Recordó que durante su estancia en Brasil, tuvo que vender cerveza en las playas cuando fue el mundial de fútbol.