El gobierno no es la solución a nuestro problema, el gobierno ‘es’ el problema”. –Ronald Reagan.
¿Consistirá la riqueza de un país en la educación académica de su gente, en el sistema político, las costumbres, o los recursos naturales? … todo juega un papel importante en su desarrollo, sin embargo, Cuba con un alto grado académico es un fracaso económico, Taiwán con costumbres milenarias distintas a occidente es muy próspera y Venezuela con abundantes recursos naturales está totalmente quebrada.
Pero existe un factor común en las naciones que sí son exitosas: un sistema de respeto absoluto al principio de la propiedad e iniciativa privada.
Desde 1965 hemos visto salir de la pobreza a cientos de millones de personas en el Este Asiático gracias este principio.
El derecho a disfrutar, derecho a usar, derecho de disponer y derecho de abusar. (Conceptos que vienen de Justiniano y plasmados en el Código Civil de Napoleón en 1804).
En América compartimos un vasto territorio con dos ordenamientos jurídicos opuestos, Estados Unidos con su Derecho Anglosajón o “Common Law” heredado del sistema jurídico británico del que cito: “aquel a quien pertenece la superficie de un fundo, también es dueño de todo lo que se encuentra por encima y por debajo de esa superficie con una extensión indefinida, hasta lo más alto-el cielo –y las mayores profundidades -los infiernos). Y el otro en Latinoamérica originario del régimen de Derecho Continental, herencia de España y Portugal en el cual el Rey o sucesor (Estados) es el propietario de las riquezas del subsuelo”.
De ahí el pecado original: la relativización de la propiedad privada que se da en nuestras constituciones.
En El Salvador el estado administra del subsuelo y la propiedad privada existe solamente en “función social”. (idea tomada de León Duguit -1928.)
En el Título V de nuestra Constitución de 1983 (artículos 101 al 120) se enfatiza la injerencia del Estado en todo lo concerniente a la propiedad y a la actividad económica dándole un poder casi ilimitado como regulador y coprotagonista por ser este el “representante” del Soberano.
Regular una actividad económica o los activos (“medios de producción” K. Marx) que hacen posible dicha actividad con el objetivo de responder a principios de justicia social suena ideal, pero es la puerta para la verdadera injusticia y eventual sometimiento de un pueblo a la discreción de los políticos.
Como ejemplo tenemos el petróleo, en Latinoamérica este ha sido para el disfrute, uso y abuso de los políticos quienes han pasado de ser héroes a villanos según el precio del día del barril, esto debido a su fuerte contribución al presupuesto de cada país (Pemex en México, Petrobras en Brasil, PDVSA en Venezuela, YPF en Argentina ).
En Estado Unidos poco importa el sube y baja de los precios del hidrocarburo. El Estado se limita a cobrar los impuestos a quien produce y gana dinero, y su única función es regular que las actividades se realicen de manera ordenada, y en concordancia con las leyes.
Esto permite mayor tributación, maximización y eficiencia de los recursos, y evita el manoseo de los petrodólares por parte de los políticos.
La percepción de un estado todopoderoso es tan dañina que no es difícil imaginar que empresas como Apple o Microsoft en Latinoamérica habrían sido expropiadas o ahogadas con impuestos poniéndolas de rodillas y privando al planeta de sus avances tecnológicos. De hecho estas empresas tienen sus bases en los países con la mayor libertad económica del mundo y menor tasa impositiva.
Absurdo? … para nada… en los años 80 se expropiaron Haciendas, bancos y se nacionalizó el comercio del café entre otros, todo en nombre del pueblo y la justicia social.
Estas violaciones las vivimos aun: El Sitramss que se roba el derecho al uso de los carriles que todos hemos pagado, la distribución del agua que al ser monopolio del Estado (Anda) escasea no por falta del recurso sino por ineficiencia de la administración de este. El caso Cel-Enel, en el que se hostigó tanto a la inversionista italiana que no le quedó más que vender sus acciones a CEl, y el más sonado: las AFP.
La gallina de los huevos de oro es la iniciativa privada y vive del respeto a la propiedad privada, desafortunadamente en el ADN de nuestra constitución se encuentra el mal de origen.
*Colaborador de El Diario de Hoy.