La belleza natural y las grandes curvas de la modelo y diseñadora Ashley Graham resaltaron en la Semana de la Moda de Nueva York.
La joven de 27 años ha roto barreras en el mundo de la moda y busca la inclusión de la mujer en dicha industria, sin importar las curvas de sus cuerpos porque la belleza siempre está presente.
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El costarricense Henry Picado es otro de los diseñadores que comparte la visión de una moda inclusiva, por ello mostró una colección para mujeres de tallas 0, 6, 8 y 10 y edades entre los 14 y 44 años, que fueron entrenadas por él para desempeñarse como modelos “porque quería demostrar que las mujeres no vienen todas del mismo molde, que hay diversidad de cuerpos, personalidad, de color y etnicidad”, declaró a EFE.
Picado es un ejemplo para muchos, pues vivió indocumentado durante 10 años en Nueva York, con un salario de sólo 2.50 dólares la hora, pero ahora es uno de los modistas destacados.
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“Fue muy duro y la pasé muy mal, pero estaba determinado a que tenía que triunfar en este país”, expresó a EFE al recordar que nunca se dio por vencido y ahora apoya a diseñadores emergentes de su país para que presenten sus diseños en Nueva York.
La inclusión en esta pasarela se dejó ver desde los primeros desfiles con la participación de la joven india Reshma Qureshi, cuyo rostro fue víctima del ácido, pero que redefinió el concepto de belleza.