Plan Cero tolerancia sin resolver caos vehicular

En las horas de mayor circulación los principales accesos a la capital resultan insuficientes por la enorme carga vehicular

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Los conductores del transporte colectivo, buses y microbuses, son algunos de los principales infractores del Reglamento General de Tránsito.

/ Foto Por Menly Cortez

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2016-09-16 7:27:00

Tres meses después que el Viceministerio de Transporte implementó el Plan Cero Tolerancia, la impunidad y las infracciones viales están a la orden del día y sigue siendo una  odisea para miles de conductores transitar por las calles de San Salvador.

El Cero Tolerancia, que entró en vigencia el 20 de junio, ahora sólo es un recuerdo, pese a que las autoridades aseguran que “ha sido un éxito”.

Fotos: Revisa algunas de las infracciones más comunes cometidas

El viceministro de Transporte, Nelson García, dijo ayer que el plan contribuye a  mejorar el respeto al reglamento vial.  Las declaraciones fueron dadas durante una reunión con la Mesa de Transporte; inmediatamente los buseros les respondieron que  “el plan podría prestarse a abusos de la Policía al poner esquelas injustificadas”.

Sin embargo, el funcionario les alegó que: “A nadie que comete una infracción le gusta que lo castiguen”.  

Pero en las  calles, en las horas pico, la situación se complica aún más. No importa si trata de ingresar a San Salvador por la  Troncal del Norte,  la Panamericana, la Autopista Sur,  o por el Bulevar del Ejército, ya que la situación siempre es la misma.

Filas interminables de automovilistas que se dirigen a sus trabajos, hacia  colegios o para realizar  diligencias en la capital, siguen siendo el dolor de cabeza durante el día.


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En cualquiera de los puntos cardinales de la ciudad es común observar a los conductores de automóviles, buses o motocicletas, invadiendo el carril auxiliar, circulando en sentido contrario o haciendo gala de matonearía. En las horas de mayor tráfico, ni la presencia de los elementos de la Policía o Delegados de  Tránsito pueden resolver la situación.

Los motociclistas también contribuyen al desorden

Según datos del Viceministerio de Transporte (VMT),  hasta mediados de este año había  187 mil 293 motocicletas circulando en el país.   

El viceministro, Nelson García, expuso,  hace un mes, que se estaba llegando al triple al confrontar con las cifras de 2011, cuando había un poco más de 77 mil  motos.

Muchos de  estos conductores irrespetan el Reglamento de Tránsito al circular sin luces traseras o delanteras, sin casco o en sentido contrario, contribuyendo a generar desorden en las maltrechas calles de la ciudad.

“Aquí todos tenemos culpa de los congestionamientos, ya que son pocos los que respetan las leyes y practican la cortesía al conducir”, dijo Víctor López, automovilista de la vieja escuela, quien aseguró que antes no ha cualquiera le daban la licencia, pero que ahora los requisitos son muy fáciles para obtenerla. La situación se complica con el elevado parque vehicular. Los números del VMT refleja que en el país existen unos  924 mil  104 vehículos registrados.

San Salvador, La Libertad, Santa Ana y San Miguel, son los principales departamentos en los que se concentra el mayor porcentaje de automóviles.

En Soyapango, el bulevar del Ejército se ha convertido en una de las calles que mejor representa la anarquía y el desorden vial.

Los conductores que viven en los municipios de San Martín, Soyapango e Ilopango, todas las mañanas deben de armarse de mucha paciencia para llegar a sus destinos.

El caos se genera en los carriles que de Soyapango conducen a San Salvador, los cuales fueron reducidos a dos cuando se echó a andar el proyecto del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss).

Situación similar se vive por las tarde y la noche cuando la situación se repite en los carriles que van de la capital a los municipios ubicados en la zona oriental del Gran Salvador.

En este tramo se estima que circula un promedio de 75 mil automóviles al día. Los buses y microbuses también contribuyen a empeorar la situación, ya que realizan paradas en lugares no autorizados para subir o bajar pasajeros. Una muestra de esta infracción ocurre a diario, frente a la estación provisional del Sitramss, obstaculizando uno de los dos carriles que existen en la zona.

En este lugar, las autoridades del VMT han asegurado que en los próximos 15 días evaluaran el desmontaje de esa parada, la cual estaba funcionando como una terminal.

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Sigue el  irrespeto al Reglamento de Tránsito en el país 

Estacionarse en ejes preferenciales, no utilizar  el cinturón de seguridad o manejar mientras se habla por teléfono, son algunas de las infracciones viales que todos los días se cometen al conducir.

En un recorrido efectuado en distintas zonas del Área Metropolitana de San Salvador se pudo constatar diversas violaciones a la normativa de transporte.


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Una de las principales es el transporte ilegal ofrecido por unidades piratas o no autorizadas.

Según Nelson García, Viceministro de Transporte, con la implementación del Plan Cero Tolerancia se han decomisado desde el mes de junio unas 12 mil unidades, de las cuales un 35% fueron por  competencia desleal.

Sin embargo, a pesar de estos operativos el irrespeto vial continua en distintos  puntos de gran afluencia vehicular.

En la zona de la 1a. Calle Poniente, la urbanización La Esperanza, la Avenida Castro Morán, de Mejicanos; y el centro de San Salvador, existe una anarquía vial sin que las autoridades de Tránsito intervengan para tratar de solucionar la problemática.

Una muestra del desorden que impera en el Centro Histórico de San Salvador es la 3a. Calle Poniente, que a cualquier hora del día se encuentra saturada de buses y microbuses.

La calle se transformó como ruta alternativa para el transporte colectivo cuando fue cerrado un carril de la Alameda Juan Pablo II, debido a la habilitación exclusiva de un carril para Sitramss.

“Aquí los buses paran a donde quieran, los taxistas hacen puntos en cualquier lugar y mientras esto sucede los  policías casi siempre no están para poner orden”, dijo José Campos, conductor.

El Plan Cero Tolerancia fue anunciado por las autoridades del Viceministerio de Transporte y  consiste, según los funcionarios, en liberar los ejes preferenciales, controlar el ingreso de camiones de carga y abrir portones que obstaculicen las vías públicas durante el día, entre otras disposiciones.

Sin embargo, la realidad es otra en diferentes puntos de la capital y el interior del país, ya que los embotellamientos siempre están presente en las horas que son consideradas de alto trafico vial.