Santanecas mantienen tradición de hacer trompos

Las hermanas Guzmán buscan mantener viva la tradición de los  trompos y capiruchos de madera. Ella tienen su taller e la ciudad de Santa Ana

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Estas santanecas están incursionando en la elaboración de juguetes de madera como los tradicionales capiruchos y trompos. Su dedicación comienza a rendir frutos y su trabajo a conocerse incluso en Guatemala. Conócelas.

/ Foto Por elsalv

Por Iris Lima

2016-09-17 9:00:00

SANTA ANA. En uno de los barrios más antiguos de Santa Ana está el taller de las hermanas Guzmán. Con un rústico torno que siempre está encendido, troncos de madera de guayabo y brasil o sangre de chucho, una mesa de sierra y un viejo taladro, Susana y Victoria se dedican a elaborar artesanalmente trompos y capiruchos de madera de diferentes tamaños.

Con poco más de tres décadas de ejercer este arte, Susana, de 44 años de edad, cuenta que gracias a ese oficio ha podido darle estudio a sus dos hijos de 20 y 9 años de edad . Aunque tiene el apoyo de su esposo, dice que no hay nada más satisfactorio que el poder aportar al hogar.

Sin embargo, ella no deja de preocuparle que ninguno de sus dos herederos se ha interesado por hacer este tipo de juguetes.

Su hermana menor, Victoria, de 26 años, es más nueva en el oficio. Tiene seis años de ejercerlo, pero no por ello es menos diestra. Al contrario, además de fabricar los juguetes también se dedica a pintarlos. Ella aún no tiene descendencia, pero espera algún día poder compartir sus conocimientos con sus hijos.

Ambas explicaron que aunque aprendieron gracias a su padre, se independizaron de él hace poco más de seis meses. Instalaron su negocio en el barrio El Ángel, al oriente de la ciudad santaneca, gracias al apoyo del propietario del local, quien no les cobra alquiler. “Él sabía de nuestra necesidad y sólo nos pide que paguemos el recibo de la energía eléctrica”, dice Susana.

El inicio no ha sido sencillo. Aunque contaban con alguna maquinaria, donada por su padre, para poder comenzar fueron hasta una finca a “fiar” un tronco de madera para hacer los primeros juguetes. Cuando hicieron los trompos y los vendieron, regresaron de inmediato a cancelar la deuda. Y hoy en día, continúan trabajando bajo ese mismo sistema, pero esperan pronto poder comprar al contado.

Dicen que los pocos clientes que tienen son gracias a la promoción del producto que hizo su madre, quien falleció hace tres años. 

Algunos compradores, adquieren el artículo para ir a venderlo a Guatemala; y aunque las ganancias que perciben de esas ventas no son onerosas, lo poco que les ingresa les permite subsistir.

Los pedidos que reciben rondan entre los 500 y los mil trompos o capiruchos semanales, según la temporada. Aunque reconocen que con la llegada de la tecnología, los niños han dejado de lado estos juguetes tradicionales.

Sin embargo, confían en que el tener un trompo o capirucho de madera seguirá siendo una tradición heredada de padres a hijos.

Las personas interesadas en adquirir este  juguete hecho artesanalmente y apoyar a estas dos mujeres santanecas emprendedoras pueden buscarlas en la calle principal del barrio El Ángel, o llamarles al 7453-2925 ó 6164-0597.