El artesano que transforma el barro en réplicas Mayas

El artesano de réplicas mayas es originario de San Lorenzo, en Ahuachapán. ??l  busca a través de este arte preservar la historia  de nuestro país 

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Daniel Juárez, a la derecha, exhibe sus artesanías;él es originario del municipio de San Lorenzo, en Ahuachapán. 

/ Foto Por Jonathan Henriquez

Por Jonathan Henríquez

2016-09-18 8:15:00

AHUACHAPÁN. Daniel Antonio Juárez ha dedicado 27 de sus 42 años de vida a la elaboración de réplicas mayas en barro. Es originario de San Lorenzo, en Ahuachapán, donde actualmente es propietario de un taller.

Asegura que cuando comenzó, a las 15 años, lo hizo con el objetivo de preservar la herencia familiar, pues su padre también era artesana. Fue él quien les enseñó a él y a su hermana el arte de moldear la tierra para rescatar la cultura maya de nuestro país.

Desde hace cinco años lo hace él solo, luego de poner su propio taller. Su esposa y sus dos hijos son sus principales ayudantes. No ha sido fácil, ya que en su juventud trabó por las tardes y estudió a en la mañana;  así  logró obtener su bachillerato.

Sin embargo, su amor por el arte del barro pudo más y al finalizar sus estudios dejó todo a un lado para continuar con la elaboración de artesanías.

Una de las características de su trabajo es que las réplicas están hechas 100 por ciento de tierra, con detalles como pintura fabricada con roca volcánica.

“Yo trabajaba en el taller de mi hermana, ayudándole en sus elaboraciones mientras estaba en la escuela. Luego de unos años, mi hermana se fue con su esposo para Estados Unidos y yo me quedé sin trabajo; pero con lo que había aprendido comencé mi propio taller ”, explica.

Este arte le ha permitido salir adelante con su familia y darle estudio a sus dos hijos adolescentes, quienes ya muestran interés por aprender y seguir los pasos de su padre.

Para Daniel, más allá de que el negocio le permita ganar lo suficiente para mantener a su esposa y sus vástagos y fomentar la historia de la cultura maya, también busca generar empleo a residentes de la zona. 

Actualmente, tiene dos trabajadores.

“A pesar de que es poco lo que se saca de ganancia y muchas veces solo he sacado para pagar deudas y a los muchachos que me ayudan, nunca he tirado la toalla porque sé que este trabajo no cualquiera lo hace y es un legado que me dejó mi padre y mi hermana”, dice.

El trabajo
Para Daniel, el tiempo que invierte en la elaboración de las obras de arte es valioso. Por ejemplo, para realizar la mezcla de la tierra invierte dos horas. Luego, con ese material comienza a moldear la pieza. Al finalizar, espera otra hora más para que seque; y por último, inicia el trabajo de pintura (utiliza los colores naranja, café y blanco).

Cuando la pieza está terminada comienza el proceso de horneado a temperaturas que alcanzan los 700 grados fahrenheit, donde permanecen dos horas para garantizar que la pintura no se borre y perdure a través del tiempo.

El costo de las obras que realiza varía según su tamaño. Van desde el dólar, las más económicas, hasta las que valen 25 dólares.