Cuando algo anda mal en ti y sientes mucho dolor, no pides más que sólo se vaya. Sin embargo, lo vital es conocer de donde proviene el padecimiento para asistir al cuerpo y recuperar la cordura.
A lo mejor ignorabas que las partes del cuerpo interactúan con otras. Esto ayuda a que puedas aliviar los dolores más molestos y ponen en duda los distintos métodos tradicionales de calmar las dolencias.
1. Sopla tu pulgar para disminuir los nervios
Si tienes un evento importante y eres de los que se ponen nerviosos, solo necesitas soplar tu pulgar. Puede parecerte un poco extraño, pero sí, ayudará a que te calmes. Lo que sucede es que al espirar el aire, logras controlar el nervio vago y este frena tu ritmo cardíaco. Cuando esto sucede, el cerebro reconoce que está fuera de peligro y se calma.
2. Adiós al dolor de muela con un cubo de hielo en la mano
En la zona palmeada de la mano, en medio entre el dedo índice y pulgar, existen vías nerviosas que están conectadas con la cara. Colocar un cubo de hielo en esa zona, disminuirá el dolor y te dará tiempo para ir al dentista.
3. Sin cicatrices usando las yemas de los dedos
Si te quemas y pulsas directamente sobra la quemada con las yemas de los dedos, evitará la posibilidad de formación de cicatrices y ampollas. Esto es el resultado de un regreso más pausado al calor normal de la piel dañada y es menos impactante para el cuerpo.
4. Ráscate la oreja y ya no más dolor de garganta
El oído posee ciertos nervios y cuando rascas se desarrolla un reflejo en la garganta. Este movimiento permite un alivio momentáneo cuando sientes que no puedes más con el dolor en tu garganta.
5. Oprime el cielo de boca y calma la congestión nasal
Al momento que sufras de una congestión nasal, presiona el paladar con la lengua mientas aprietas con el dedo pulgar en el ceño. Esto moderará la congestión porque proporciona al hueso Vómer, que va a través de las fosas nasales, la facilidad de moverse hacía al frente y atrás.
Con información de La Bioguía.