El mundo no tiene secretos para Esteban Mazzoncini. O casi. Este periodista, bloguero y fotógrafo argentino ha recorrido casi noventa países y editado el libro “Un viajero curioso”, donde plasma algunas de sus experiencias. Desde hace 25 años recorre el mundo con su cámara y publica sus trabajos en medios gráficos y digitales (Aerolíneas Argentinas, Beglam, Revista Nueva, Gabo, Fotomundo, First, Tiempo de Aventura, Lugares, Clarín, La Nación). Nadie mejor que él para dar consejos a la hora de viajar, sobre todo si el presupuesto es escueto y la estadía larga.
Tras 20 años viajando por el mundo, ¿cómo ha evolucionado tu forma de viajar?
Siempre digo que un viaje es el contacto con la gente más que nada. Por tal razón sentí especial atracción por ir a Afganistán, Uganda, Tíbet o Uzbekistán. Viajar es sinónimo de aprendizaje y de una metamorfosis interior permanente. Al principio viajaba en bus, tren y medios de transporte convencionales, después empecé a viajar a dedo y las vivencias fueron completamente distintas. La evolución más grande fue llevar una mochila con poco peso y tener más conversaciones con la gente.
En el 2014 publicaste en forma independiente el libro de Un Viajero Curioso, ¿cómo fue la experiencia?
Decidí publicar el libro en forma independiente por la sencilla razón de tener el control de todas las etapas. De la escritura, de la selección de fotos en su interior, de la impresión, publicidad y distribución. Por supuesto que el trabajo es mucho más arduo, pero también es más reconfortante. Encontrar un estilo propio por el cual el lector se sienta atraído. El libro está dividido en regiones: América Latina, África, Asia, Medio Oriente y anécdotas de Europa. Son crónicas en primera persona donde comparto las experiencias de los lugares recorridos. También hay fotos que ilustran cada destino.
Espectacular foto tomada en Tanzania durante uno de sus viajes
¿Cuál es la manera en la que financias tus viajes? ¿Cuáles son tus principales fuentes de financiación?
Los viajes los financio de diversas maneras. Vendiendo postales de los lugares que visito en los mercados mientras recorro un destino, con el curso de fotografía online que doy desde mi blog al cual pueden inscribirse desde cualquier lugar del mundo (es en español), con la venta del libro Un viajero curioso y con los talleres de fotografía que doy mientras estoy en Buenos Aires o de viaje.
¿Cuál fue tu presupuesto diario aproximado en esta última vuelta al mundo de 14 meses?
Tanto viajar a dedo como hacer Couchsurfing no es por el presupuesto bajo, sino por un estilo de viaje con el cual disfruto y me identifico más. Ambas situaciones están llenas de encuentros y esa es la riqueza del viaje. Un viajero siempre se tiene que dar lujos, porque de nada sirve tener días iguales. Ojo que un lujo no implica un gasto grande en el presupuesto. Tal vez puede ser un buen jugo de frutas, una entrada a un cine, alquilar una bici y pedalear por un bosque, nadar en una playa con palmeras, etc.
Apaneca, El Salvador, otro de los lugares por donde pasó Esteban.
Es muy difícil establecer un gasto diario fijo pero aproximadamente podría ser de 10 dólares. Hubo días donde no tuve gastos, ya sea porque viajé a dedo, acampé o me invitaron con la comida, pero hubo días donde gasté el doble del presupuesto pues la situación fue totalmente distinta. A través del blog he conseguido muchos hospedajes como intercambio de publicidad en los medios. Esa es otra manera de mantener un presupuesto bajo. A veces hay que pensar en como evitar gastos antes que cómo generar ingresos. Lo mejor es ser creativos y desplegar todas las habilidades que tenemos.
¿Es muy complicado hacer auto-stop atravesando países y continentes?
Todos, absolutamente todos los países son posibles hacerlos a dedo. Eso lo pude confirmar al cruzar de punta a punta Mongolia, el país menos habitado del mundo y con menos autos en circulación. ¿Qué se necesita entonces para conseguirlo? En primer lugar convicción, mucha pero mucha paciencia y tiempo. Si uno está en un viaje de 10 días es muy distinto a tener meses de viaje por delante. Se podría decir que viajando por Asia el 90% de los destinos son medianamente accesibles, y países como Birmania, Tailandia, o Malasia son súper fáciles. De los 25 países recorridos en este itinerario Bulgaria fue el más duro llegando a tardar 10 horas para cubrir 180 km. Si comparamos que en Mongolia hice 550 km en 8 horas, viajar por Europa fue duro.
¿Cuáles son los próximos retos?
El nuevo proyecto es escribir un segundo libro sobre la experiencia del último viaje que fue desde Singapur hasta Serbia, después de atravesar todo Asia. En ese viaje de casi 25.000 km me encontré con los templos de Bagán en Birmania, con los nómadas de Kirguistán, las aldeas de Siberia en Rusia, las montañas de Tayikistán, el interior de Camboya, las playas de Filipinas, los mercados de Malasia o las modernas avenidas de Tokyo. Además de pasar por los Balcanes, desde el Mar Negro en Bulgaria hasta Bosnia & Herzegovina, que también formará parte del libro. De alguna manera el libro confirmará una vez más la gran hospitalidad encontrada en los 25 países recorridos en este viaje del 2015-2016. También incluirá la etapa final que fue desde El Salvador hasta Bolivia. Pero siempre poniendo énfasis en la experiencia del encuentro con la gente más que el lugar en sí mismo porque eso es lo más enriquecedor de un viaje.
El paisaje futurístico de la ciudad de Singapur. Pueden verse más fotos en su blog: www.unviajerocurioso.com
¿Qué le recomendarías a una persona que quiere seguir tus pasos como fotógrafo y viajero?
Primero y sin lugar a dudas que estudie mucho. La cámara no hace al fotógrafo. En segundo lugar que pierda lo más rápido posible la vergüenza para acercarse a la gente para fotografiarlos, ya que son los retratos los que reflejan el alma de un lugar. Que sepa tener criterios de edición y evaluarse constantemente. Que tenga en cuenta que la fotografía es una evolución permanente y lograr excelentes fotos es cuestión de tiempo. Que cualquiera puede saber la técnica pero la creatividad es un ejercicio visual por lo que sería ideal que tome fotos dos o tres veces por semana, aún sin estar de viaje. Algo así como un pianista o maratonista que entrena todos los días para un concierto o una gran carrera.