Chismes en la oficina, un virus que debes evitar

Los chambres o rumores en la oficina no solo interfieren en el desempeño profesional, también pueden llegar a perjudicar la imagen de una persona. Evitar esa mala costumbre es la opción más saludable para demostrar tu profesionalismo.

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Cuando pasas los chismes de boca en boca corres el riesgo de perder tu profesionalismo. 

/ Foto Por Shutterstock

Por Redacción EDH

2016-09-26 11:46:00

“¿Ya te diste cuenta? Es que dicen que la zutana, parece que anda con fulano… ¡en serio! Sííí, dicen que los vieron. Mirá yo también te quiero contar, que la mengana me mira con cara de odio, yo creo que está celosa, como aquel siempre que pasa me saluda…”.

Creo que el párrafo anterior te puede parecer conocido, pues en la vida laboral muchas veces somos partícipes, testigos o víctimas de chismes, chambres, rumores, una costumbre que en la mayoría de los casos perjudica el ambiente laboral y daña la imagen e integridad de las personas.

No importa si el grupo de trabajo es pequeño o es grande, siempre tendremos al típico cizañoso o a la infaltable compañera “lleva y trae”.

En muchos casos gozamos con los “chambres” y hasta lo justificamos diciendo “el chambre no mata, pero entretiene”, claro, cuando no se trata de nosotros, sino de otra persona y no reparamos en que ese comentario negativo, que además puede no ser cierto, está perjudicándola no solo profesionalmente, sino también en su vida personal.

Te gusta el chambre

Hay personas que tienen un don para chismorrear, se enteran de todo, incluso, antes de que suceda, de pronto llegan a ti y comienzan a contarte la historia completa o a medias, para que tú les preguntes más sobre ello o te lo cuentan en capítulos novelescos.

Testigo

También es común ver siempre a la parejita chismosa tomando el café y hablando con mirada sospechosa y ciertas risitas.

También pasa que estás en tu escritorio y a tu lado están tus dos compañeras de trabajo hablando con lujo de detalles y términos burlescos sobre el error que cometió la zutana o lo mal vestido que llegó fulano. Aquí pueden pasar dos cosas: te unes al chismorreo o te mantienes en lo tuyo, guardas distancia y te concentras en tus tareas.

Víctima

Este es el escenario más difícil, ya que los chismes pueden ser desde que usas zapatos de mala calidad, hasta que eres amante de algún compañero de la oficina que está casado. La diversidad de chismes es interminable.

El punto es que sea cierto o no lo que comenten, en la mayoría de las veces te perjudicará, pues los señalamientos pueden ser muy duros e incluso dañar tu autoestima. 

Este artículo no pretende darte consejos de cómo vestir, caminar y mucho menos es una reflexión ética o moral sobre tus relaciones afectivas o íntimas, sino más bien de tener presente que los chismes son inevitables, es una práctica negativa que solo fomenta un ambiente laboral negativo y de algunos consejos para evitar ser blanco de ellos, y lo primero es no fomentarlos.

Evita hablar mal de cualquier compañero de trabajo, superior, cliente, proveedor y cualquier persona dentro de su ámbito laboral. No solo perderá la confianza del resto, pues seguro si habla mal de alguno, lo hará de todos, y además estos no solo afecta al quién es el protagonista de la plática, sino al mismo chismoso, pues eso desdice mucho de él o ella.

Por tanto tampoco te involucres en chismes ajenos, si enfrente de ti están hablando mal de alguien, no preguntes sobre eso, mejor concéntrate en tus cosas.

Hoy en día en varias instituciones o empresas de todo tipo, al personal le toca compartir transporte para dirigirse a realizar alguna actividad, y en muchos casos el mismo chofer inicia la conversación con “Hey ya sabe que la fulana, esa que es nueva, anda con el zutano”, un comentario que merece totalmente ser respondido con “Fíjese don fulano que no sé, y con todo respeto no es asunto mío”.

En muchos casos cuando se habla de chismes siempre se piensa en que es una mujer, pero la realidad es que los hombres no se quedan atrás y peor aún cuando es el jefe o coordinador del equipo, pues el que dirige es quien debe dar el buen ejemplo y generar una cultura sana, armónica, productiva, leal y solidaria entre compañeros.

¿Por qué hay chismosos?

Haciendo un pequeño sondeo con algunas personas sobre qué opinan de los chismosos hubo respuestas un tanto divertidas: que seguramente los chismosos no tienen nada qué hacer; otros que tienen una vida aburrida y necesitan la de los demás; que viven frustrados, o incluso una de las respuestas fue “no tienen viva propia, tienen que comprar una”.

Pero también ocurre que los comentarios negativos o chismes los genera alguien cuando siente envidia, recelos, o algún sentimiento de insatisfacción.

“No es justo que mi colega tenga mejor horario que el mío”. “¿Por qué a él le pagan más que a mí, si yo soy mejor?”. La persona que hace estos comentarios se siente molesta, insatisfecha, frustrada y seguramente buscará aliados que le “entiendan y secunden” y de alguna manera desahogarse comentando que la persona que es blanco de sus comentarios merece lo peor.

“Para la sicóloga Emilia López Perla, quienes la padecen se caracterizan por ser personas de baja autoestima, empobrecimiento de las creencias de sí mismo, ya que piensan que todo el mundo busca hacerles daño”, según publicación de El Diario de Hoy.

“Cuando el chisme se convierte en una cuestión cotidiana, la dinámica laboral se enrarece y la comunicación se atrofia. Los empleados se sienten inseguros sobre qué decir o a quién comentarlo, lo que impacta en la productividad, indica la psicóloga industrial Patricia Noriega”, indica un artículo de Expansión de CNN.

Y recuerda que “sea o no una práctica común en tu empresa, antes de preparar un comentario para incrementar o participar del rumor hay que recordar la regla de oro: “a nadie le gusta ser blanco de un comentario mal intencionado”. 

Seguro no quisieras entrar en la lista de chismosos y tampoco ser el blanco de los chismes, es más agradable que digan de ti que eres una persona respetable, con ética, correcta, por tanto lo más indicado será seguir el ejemplo de los compañeros que son productivos, agradables, leales, y también ocupar tu tiempo libre en algún curso online, o leer artículos que abonen a tu profesionalismo.

No busques popularidad como el “chismoso de la oficina”.

Recuerda para qué te contrataron, recuerda lo que te gusta realizar laboralmente, piensa en cuánto tiempo puedes aprovechar en actividades productivas que te llenen y te ayuden a convertirte en la persona o compañero de trabajo popular por su conocimiento, respeto y carisma con los demás.