En los últimos meses, he estado con amigos que han compartido algunos titulares bastante aterradores en las redes sociales. ”¿Estamos todos convirtiéndonos en zombis digitales?”, nos preguntó uno de ellos.
Y lo más aterrador del titular del New York Post: “Es una heroína digital: ¿Cómo las pantallas convierten a los niños en adictos psicóticos”. ¿Qué padre no le gustaría conocer y compartir esta inquietante noticia? Tenemos que advertir a toda la humanidad.
La verdad es que, en su mayoría, son pura tonterías, exageraciones. La historia de la que habla el Post, se refiere a un niño de 6 años de edad cuya madre lo dejó pasar todas las tardes jugando Minecraft, y después se sorprendió al descubrir que era adicto al juego.
El artículo dice que la madre encontró a su hijo catatónico una noche, con su iPad que yacía junto a él cuando debería haber estado durmiendo. Cosas similares me han ocurrido a mí.
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He encontrado mi hijo jugando con ‘Hot Wheels’ cuando debería haber estado durmiendo, y mi hija que se pinta sus uñas cuando debería haber estado durmiendo. ¿Vamos a etiquetar esas prácticas como la heroína de la automoción y heroína embellecimiento? No.
Y artículos como estos son para asustar a los padres. Están diseñados para hacer que los padres entren en pánico y agarren todos los aparatos electrónicos en su casa, apilarlos en la plaza del pueblo, y quemarlos en la hoguera.
Pare un momento. Al igual que con la mayoría de las tácticas del miedo, puede haber algo de verdad en ese miedo, pero la sensatez debe prevalecer. La tecnología móvil es, y será ya para siempre, una parte importante de la vida moderna, y los tecnócratas de todas las edades tienen que encontrar el equilibrio.
Un informe de ’Common Sense Media’ (sentido común en los Medios) muestra que el 50 por ciento de los adolescentes admiten que se sienten adictos a sus teléfonos.
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La mayoría de las madres y los padres saben que sus hijos tienen dificultades para apartarse de sus dispositivos; pero, cuando el 27 por ciento de los padres admite ser adictos ellos también, ¿dónde está el punto de lo hay que hacer? Aquí están algunas ideas:
– Zonas y tiempos libres de tecnología: Quizás la restricción en la familia puede ser en la mesa para comer, o en las habitaciones después de las 8 o 9 pm, o en el auto. Pero se debe cumplir con algunos lugares y momentos en los que están prohibidos los aparatos móviles.
Escriba la regla, ponerla en letras de vinilo en la pared si es necesario, para que no haya dudas ni discusión posible, y luego que se adhieran todos a ella.
– Tener una conversación abierta: Los padres deben hablar con los hijos del porqué la familia necesita este tipo de restricciones. Michael Rich, el director del Centro de Medios y Salud Infantil del Hospital Infantil de Boston, dijo a ‘The Verge’ que los dispositivos móviles son sólo herramientas. Los padres necesitan entender que los aparatos no son intrínsecamente malos. Luego se puede enseñar a sus hijos que es lo que hacen con ellos, eso es lo que determina el resultado.
– Los padres deben seguir las reglas, también: En ese mismo informe de ‘Common Sense Media’, el 56 por ciento de las madres y los padres admiten que comprueban sus celulares mientras se conduce. Y el 41 por ciento de los adolescentes dicen que sus padres están distraídos con los dispositivos cuando están juntos.
Lo que es bueno para unos, también es bueno para los otros. Los hijos pueden detectar un hipocresía a una milla de distancia. Van a estar mucho más dispuestos a estar de acuerdo con las reglas de uso si los padres las siguen también.