Pandillas son capaces de manejar violencia a su antojo

Según el experto, recuperar territorios debe de ser prioridad para el Gobierno.

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Según Ponce, la reducción de los homicidios depende más del control territorial de las pandillas que de las medidas extraordinarias en seguridad del Estado, las cuales considera ser ineficaces. 

/ Foto Por Archivo

Por Katlen Urquilla y David Marroquín

2016-08-03 7:03:00

Las pandillas siguen decidiendo cuándo suben los homicidios dependiendo de los beneficios que puedan negociarle al Estado, señala el criminólogo Carlos Ponce, quien asegura que las medidas extraordinarias para combatir la violencia provocada por las pandillas no han tenido el impacto en la organización y la coordinación entre esos grupos ilegales. Esos temas y otros fueron abordados por Ponce en una entrevista con El Diario de Hoy.

¿Cómo valora el primer semestre con relación a la seguridad pública del país?
Aunque las cifras han mostrado una tendencia a la reducción, el impacto de estas medidas queda en duda por diferentes indicios que llegan a interpretar  la reducción como el resultado de otro tipo de dinámica. 

Las pandillas han emitido diferentes comunicados indicando que la reducción en la cantidad de los hechos delictivos no obedece a la implementación de las medidas, sino que a una decisión de su cúpula de mando. Esto es quizás un poco más congruente con lo que hemos visto en el pasado, las pandillas han sido capaces a su antojo de dosificar la violencia, incrementándola cuando necesitan incrementarla y reduciéndola cuando hay algún acuerdo con el Estado o cuando lleva algún beneficio para sus estructuras.

No considero que la reducción de la incidencia delincuencial que se ha experimentado en los últimos meses (con respecto al primer trimestre de este año) esté vinculada a esas medidas que el Gobierno ha hecho públicas, sino a otra dinámica que puede estar operando detrás de lo conocido públicamente.

¿Qué es lo que estaría detrás?
Categóricamente no se puede señalar una causa específica, pero sí se puede hablar de escenarios probables, y un escenario muy probable es que exista algún tipo de interacción con los cabecillas de pandillas que haya llevado a esta reducción de la incidencia delincuencial y haya sido una decisión tomada por la estructura de mando de las pandillas, que por supuesto obedece  a un tipo de beneficio ulterior que obtendrían a cambio.

¿Por qué cree que los efectos de las medidas no se han sentido?
Creo que las diferentes medidas que se han implementado no han tenido el impacto deseado y hay diferentes indicios que me llevan a esa conclusión.  Por ejemplo, las medidas implementadas en el sistema penitenciario en teoría deberían haber propiciado un mejor control de las autoridades penitenciarias sobre los internos, pero hemos visto lo contrario, a pesar de los  diferentes esfuerzos que el Gobierno ha anunciado, incluso en un centro penal los pandilleros han logrado ingresar equipo sofisticado para cargar los teléfonos celulares con luz solar. Esto es un indicador de que el control en los penales no se ha recuperado, lo que nos lleva a pensar que el impacto de las medidas no es tan contundente como el Gobierno está pretendiendo vender ante los medios. 

En los primeros tres meses de este año, el país sobrepasó los 2 mil homicidios. Tras las medidas hubo un descenso y ahora hay un nuevo repunte. ¿Cómo interpretar ese comportamiento de la violencia?
Precisamente esa negociación o interacción entre Estado y las pandillas es muy probable que haya iniciado en este Gobierno. 

Desde hace bastante, las  pandillas han demostrado ser capaces de dosificar la incidencia delincuencial para alcanzar objetivos dentro de este contexto de la interacción entre los cabecillas y el Estado y eso precisamente es lo más congruente con la reducción de los homicidios,  tras estas medidas. 

Las  pandillas han demostrado que son capaces de controlar la violencia y ocupan ese control para lograr una posición privilegiada con el Estado; lo más lógico es que si el Gobierno estaba atacando a las pandillas a través de las medidas excepcionales, entonces era de esperar que la violencia incrementara exponencialmente durante las primeras semanas de la implementación de esas  medidas extraordinarias. 

Sin embargo, vimos lo contrario, una reducción; es imposible pensar que por la naturaleza de las medidas que se implementaron, que estas hubiesen sido suficientes como para tener  el alcance territorial suficiente para poder reducir la delincuencia a nivel nacional.

Aun con todas estas medidas, ¿las pandillas todavía ejercen algún tipo de control?                                           
Al final lo que queda claro es que las pandillas tienen el control. El Gobierno y sus medidas no han tenido ningún impacto sobre el nivel de coacción, organización y coordinación dentro de las estructuras delincuenciales; por ende, las podemos calificar como medidas ineficaces.

Un argumento de las autoridades sobre el incremento de la violencia es que han aumentado los enfrentamientos entre pandillas con los policías y soldados…
No  creo que así sea, porque estamos hablando de que a casi a mediados del año iban alrededor de 200 pandilleros muertos en enfrentamientos con las autoridades. 

Difícilmente esos 200 homicidios van a llevar a que las cifras de homicidios lleguen a los niveles que se tenían anteriormente; no lo veo como un argumento válido, sino como un argumento que me enciende inmediatamente la alarma,  porque indica que la intención  del funcionario que rindió esas declaraciones, es esconder algo, porque está mintiendo. 

Lo vería con mucha preocupación porque en el pasado reciente David Munguía Payés utilizó ese tipo de estrategia: mentir y fabricar realidades inexistentes para tratar de esconder algo tan negativo como la negociación entre el Estado y los pandilleros.

Organismos de Derechos Humanos han planteado la posibilidad de la existencia de grupos de exterminio. ¿Usted cree que existen o no grupos de exterminio?
Para cualquier ciudadano que esta cansado de vivir en un país como El Salvador, donde se vive a merced de los pandilleros,  suena atractivo escuchar que grupos de policías salgan a las calles a cazar pandilleros y matarlos. Suena atractivo para cualquier persona que esté desesperada, pero definitivamente no es la solución, es un espejismo que pone más en peligro a la ciudadanía.  

Además se estaría alimentando una filosofía de trabajo en el interior de la Policía consistente con aquellos cuerpos de seguridad que operan en gobiernos totalitarios y si estamos en una franca amenaza de que el oficialismo (FMLN) se tome el control del Estado, es algo que los ciudadanos no debemos permitir o propiciar.

¿Cómo catalogaría los  vínculos que han tenido las pandillas con alcaldes y con funcionarios de diferentes instituciones ?
Es preocupante. Lograr esa interacción con políticos y con funcionarios corruptos es uno de los escalones clave que tienen que lograr conquistar las estructuras delincuenciales en su proceso de evolución para lograr acceder a patrones delincuenciales mucho más lucrativos y mucho más complejos. 

El nivel de influencia que han tenido las pandillas ha llegado a los máximos niveles de poder en El Salvador y esto se traduce en el terreno como una actividad delincuencial mucho más sofisticada.

¿Qué se puede esperar de esta sofisticación de las pandillas  que ha señalado anteriormente? ¿Qué le espera al país con este actuar cada vez mayor de las pandillas dentro de las instituciones del Estado?
Lo más peligroso es a nivel local, entre más réditos económicos generan las pandillas se convierten en una opción más atractiva para las familias más vulnerables de las comunidades en las que operan. Vemos cada vez con más frecuencia cómo las personas de esas comunidades están viendo como una opción el ingreso de jóvenes a las pandillas para obtener el sustento de cada día, especialmente considerando de que el país está en una situación precaria.

¿Qué interpretación saca de los últimos asesinatos de alcaldes y concejales que las autoridades les atribuyen a la pandillas?
Cualquier desbalance en la interacción o en los acuerdos que tenga el Estado con los cabecillas de las pandillas inmediatamente se va a traducir en un incremento de ese tipo de hechos, y con el tiempo ese tipo de hechos va a traducirse no solamente en objetivos de mayor impacto dentro de ese selecto grupo de víctimas sino también, con el tiempo, en hechos sean cometidos con mucha más barbarie.