Rí­o inaugura los Juegos Olí­mpicos 2016

Tras años de preparativos, incertidumbre y polémica, los Juegos Olí­mpicos dan inicio con una ceremonia en el estadio Maracaná

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2016-08-05 3:48:00

Unos 80.000 privilegiados disfrutan de la ceremonia inaugural de los Juegos Olí­mpicos desde las gradas del estadio Maracaná. Pero el resto de la población de Rí­o de Janeiro se congregará en las playas, bares y favelas para observar el espectáculo de música, baile y pirotecnia que pone en marcha los primeros Juegos en Sudamérica.

Una batucada ha dado luz verde a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río en el estadio de Maracaná, todavía con algunos huecos en las gradas. 

Después de media hora de pre-espectáculo, en los últimos cinco minutos se hizo el silencio en el recinto, a veces interrumpido por gritos de “Brasil, Brasil”. 

Las pantallas de Maracaná proyectaron un vídeo sobre la integración del deporte en la vida cotidiana de los brasileños, acompañado por la canción ‘Aquele Abraço’ compuesta por Gilberto Gil. 

Una cuenta atrás dio paso a la enorme batucada, lograda mediante el golpeo de enormes almohadas. 

La ceremonia tiene una duración prevista de cuatro horas, dos de las cuales se las llevará el desfile de los deportistas. 

Más de 5.000 personas participarán en el espectáculo, al que asisten el directo una veintena de jefes de estado. 

Un colorido recuento de la historia de Brasil, los pegajosos ritmos tropicales del paí­s y hasta la “Chica de Ipanema“ colorearon también la ceremonia.

Desde la misma génesis de las selvas brasileñas hasta la colonización portuguesa, la época de la esclavitud y el nacimiento de las metrópolis, la ceremonia en el estadio Maracaná de Rí­o de Janeiro repasó la historia del primer paí­s sudamericano que alberga unos Juegos Olí­mpicos.

La supermodelo Gisele Bundchen arrancó ví­tores de la multitud de más de 70.000 espectadores al recorrer el enorme escenario, a modo de pasarela, mientras el músico Daniel Jobim interpretaba la “Chica de Ipanema”, una de las canciones de bossa nova emblemáticas de este país.

Acto seguido, chicos y chicas vestidos de blanco se contorsionaron en un colorido escenario al ritmo del “funk” brasileño, la música de las favelas de Rí­o.