Como por arte de magia, se borraron de un plumazo los problemas organizativos, las estructuras a medio terminar, las amenazas terroristas, las amenazas de los zancudos con zika, la crisis brasileña… De nada de eso se habla desde hace 6 días en Río de Janeiro. No es magia, son los Juegos Olímpicos.
Hoy se habla, sobre todo de las proezas de Phelps, un superhéroe de carne y hueso, tan humano y con los errores de cualquier vecino en su vida personal y tan ganador de medallas como nadie en la historia.