La calificadora internacional de riesgo Moody’s Investors Service bajó este jueves las calificaciones de emisor y de deuda de El Salvador a B1 desde Ba3, y colocó las calificaciones en revisión para una baja adicional.
La agencia argumenta que la principal razón de esta baja a B1 es la continua incapacidad de las autoridades salvadoreñas para detener la tendencia al alza de la deuda pública en medio de un elevado déficit fiscal y el bajo crecimiento económico.
La categoría B1 se asigna a títulos valores de países con riesgo especulativo, con ciertas características de incertidumbre. O sea que la agencia está advirtiendo que prestarle dinero a El Salvador ahora es más riesgoso.
En opinión de Moody’s, para una baja adicional de dicha calificación, se evaluará el aumento de los riesgos de liquidez del gobierno derivados de un aumento de la deuda de corto plazo persistentemente alta en un mercado doméstico relativamente poco profundo, y el impasse legislativo que en lo que va del año ha impedido la aprobación de la emisión de deuda a largo plazo para pagar instrumentos de corto plazo.
“La revisión para una baja adicional permitirá que Moody’s pueda evaluar mejor los riesgos de liquidez crecientes y su impacto en el perfil crediticio de El Salvador, además de explorar posibles escenarios que podrían materializarse, dependiendo de la respuesta de política pública del gobierno y el resultado de las negociaciones entre los principales partidos políticos en la Asamblea Legislativa para normalizar la situación de financiamiento y, en última instancia, evitar un evento de crédito”, afirma la agencia.
Asimismo, Moody’s advierte que podría bajar las calificaciones de B1 si la revisión fuera a concluir que las medidas son sólo suficientes para frenar temporalmente el incremento de los riesgos de liquidez. En este caso, el resultado más probable será una baja de calificación de un escalón.
Sin embargo, si los riesgos de liquidez del gobierno continúan aumentando sin control y si un acuerdo para aprobar la emisión de deuda de largo plazo para pagar deuda de corto plazo sigue siendo poco probable, una baja de más de un escalón será posible, dijo.
¿Por qué esa calificación?
La agencia calificadora señala que los ratios de deuda pública de El Salvador han reportado una tendencia al alza desde el año 2009 impulsada por un déficit fiscal de alrededor del 3.6% del PIB, lo que además de los gastos vinculados con las pensiones, se han incrementado con los gastos en salarios y la ampliación de los subsidios no focalizados.
Moody’s prevé que la deuda supere el 60% con respecto al PIB a finales de año 2016. Además, el crecimiento del PIB de sólo el 2% implica que una estabilización de las ratios de deuda obligará a las autoridades a poner en práctica medidas agresivas de consolidación fiscal, tanto por el lado de los ingresos como de los gastos; pero la parálisis política en la Asamblea Legislativa y la falta de mayoría calificada por parte del partido oficial “hacen esta tarea particularmente desafiante”.
También indica que como resultado de un aumento lento pero constante en los indicadores de deuda las finanzas del gobierno son más débiles que las de otras (deudas) soberanas en la categoría Ba; pues la relación deuda-PIB de El Salvador es de 15 puntos porcentuales por encima de la media Ba, que prevé que sea del 47% en 2016.
La agencia recalca que los intereses que paga el Gobierno por su deuda son de 4 puntos porcentuales por arriba de la media Ba (12.7% vrs. 8.7%), y que el bajo crecimiento del PIB complica los esfuerzos de consolidación fiscal del gobierno dado el crecimiento medio anual del 1.7% en la última década, que se compara con el 3.7% de la mediana de sus pares calificados-Ba en el mismo período.
Si las tendencias fiscales y económicas actuales continúan, sin una reforma fiscal o de pensiones, se proyecta un aumento gradual de la relación deuda-PIB del 70% en 2020, detalla la calificadora.