Educación y Riesgo (2)

Lamentablemente, la puesta en marcha de programas y capacitaciones termina prácticamente bloqueada o seriamente disminuida por la inseguridad en las comunidades.

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Las familias pagarán el alza de intereses en la deuda estatal, ya sea con impuestos o menos servicios públicos.

/ Foto Por elsalv

Por Carlos Mayora Re*

2016-08-12 8:23:00

Venimos hablando acerca de la relación que una investigación de USAID encuentra entre violencia y educación en las escuelas del país. Esta semana veremos algunos de los factores más importes que inciden en la calidad educativa, y principalmente en la preocupante tasa de deserción escolar que sufre el país para, en una tercera entrega, hablar de las recomendaciones y soluciones que recoge el documento. 

Ante la violencia y sus consecuencias, “los profesores y los directores en las escuelas, manifiestan sentirse abrumados e infra capacitados para manejar las necesidades emocionales de los estudiantes, dejando clara la necesidad de apoyo psicosocial”. De la misma manera, los docentes recomiendan modificaciones curriculares enfocadas a la vida misma, y un esfuerzo decidido por parte de las autoridades para facilitar una atmósfera más segura en las escuelas, con todo lo que esto implica en relación al bienestar de los estudiantes, el aprendizaje, y la retención de conocimientos y adquisición de habilidades”. 

Entre las causas de deserción escolar, la más relevante es la migración interna, pues muchas familias afectadas por la violencia, no tienen más remedio que dejar su comunidad y establecerse en otra donde no les conocen, o que está ubicada en el territorio controlado por la pandilla dominante en la escuela, o en una zona en la que se libran de extorsiones y amenazas. La segunda causa de deserción escolar es la emigración, pues muchos niños y adolescentes se ven obligados a dejar su país siguiendo a sus padres. Y en tercer lugar, se encuentra la inseguridad y la violencia. Las tres causas juntas fueron responsables de 48,000 deserciones escolares en 2014, lo que representa un 3.5 % de la totalidad de la población escolar. 

Cuando se añaden los homicidios a las causas de abandono escolar, aparece otro escenario. Según los datos del año pasado, cincuenta de los doscientos sesenta y dos municipios en que está dividido el país acogen el 66 % del total de los homicidios; mientras que al mismo tiempo, en esas mismas cincuenta municipalidades, tienen lugar el 83 % de casos de deserción escolar; con lo que la relación entre homicidios y abandono escolar queda patente. 

Cito el informe: “una escuela situada en territorio dominado por un pandilla es considerada por ésta como de su propiedad (…). Las pandillas amenazan y extorsionan a los directores, profesores y estudiantes; impiden que los estudiantes crucen las fronteras de “su” territorio para ir a otra escuela; y en algunos casos tratan de influenciar, sino de controlar, el funcionamiento de las escuelas. Además del dominio directo de las pandillas, los estudiantes y los profesores enfrentan una alta incidencia de crímenes y tráfico de drogas en las comunidades más vulnerables”.

Las solicitudes de reasignación de destino por parte de profesores mantienen cierto paralelo con las solicitudes de cambio de escuela por parte de los estudiantes. Tanto que el Ministerio de Educación ha puesto en marcha mecanismos de transferencia de destino más rápidos y más eficientes para los profesores. 

“A pesar de su rechazo para enfrentar la violencia y su influencia en las escuelas como un asunto educativo”, ante este duro panorama, las autoridades de Educación no se han quedado de brazos cruzados. Desde el año 2010 han puesto en marcha muchas actividades encaminadas a construir una cultura de paz, han echado a andar iniciativas como EDUCAME, y Escuelas Inclusivas de Tiempo Pleno; han hecho reestructuraciones y creado una Oficina de Prevención y Programas Sociales, etc.

Sin embargo, sus efectos son de largo y mediano plazo, y los problemas de violencia y pandillas son inmediatos y omnipresentes. Lamentablemente, la puesta en marcha de programas y capacitaciones termina prácticamente bloqueada o seriamente disminuida por la inseguridad en las comunidades. 

*Columnista de El Diario de Hoy
@carlosmayorare