Anécdotas desde La Habana

Durante las vacaciones agostinas, tuve la oportunidad de viajar a Cuba. Estas son algunas de las experiencias e historias de un país en el que se respira un incipiente aire de cambio. 

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elsalvador.com

Por Jaime García Oriani*

2016-08-13 6:55:00

Roberto es un experto en el arte de asar cerdo. En su pequeño restaurante, ubicado en La Habana Vieja, ofrece este y otros platillos característicos de la cocina cubana, algunos de ellos con un toque de modernas tendencias gastronómicas. Desde hace más de 8 años tiene este negocio y asegura que en los últimos 24 meses tiene mayor demanda. 

“Es porque vienen más turistas. La apertura con Estados Unidos ha ayudado. Muchos dicen que prefieren viajar a La Habana antes de que cambie y se convierta en otro Miami”, me explica. 

“Ahora lo importante es saber competir, porque van a venir los yuma (extranjeros) a abrir sus negocios. Y esto no es fácil con algunas políticas del Gobierno, por la escasez y limitado acceso a productos, y por la comodidad con la que trabajan algunos mal acostumbrados a lo que hasta ahora hemos vivido”, dice Roberto. 

Los “Paladares” -término que se utiliza en la isla para referirse a los restaurantes que son pequeños negocios particulares-, como el de Roberto, son uno de tantos ejemplos de emprendimiento que se están viendo en los últimos años. Después de que en 2010 se hiciera una revisión de las medidas económicas, muchos se han aventurado a abrir las puertas de sus casas para este y otros tipos de negocios, dentro del aún limitado margen de acción permitido a los particulares. 

Otro ejemplo de emprendimiento es Camilo, quien renta un par de habitaciones de su casa en Vedado para quienes desean conocer La Habana. Junto con su familia, brinda un toque hogareño a la estadía de los turistas. Al ser un apasionado del arte, recomienda lo mejor de la oferta cultural de la ciudad. Al igual que él, otros cubanos han abierto las puertas de sus hogares y funcionan como alojamientos particulares. 

Gracias al impulso de Camilo, conocí el Callejón de Hamel, un espacio en el Centro Histórico de La Habana para el arte urbano y los ritmos caribeños, y la Fábrica de Arte Cubano (FAC), ubicado entre Vedado y Miramar.

La FAC es el sitio que visitan las noches del fin de semana los cubanos con ciertas facilidades económicas, universitarios o del mundo del arte, y turistas que buscan más que la clásica conga, bares o discotecas. En un amplio espacio en el que funcionó una fábrica de aceite, se combina, sin mezclarse, cine, música, danza, teatro, artes plásticas, literatura, fotografía, moda, diseño gráfico y arquitectura. 

Pude presenciar el concierto de Haydée Milanés -hija del trovador Pablo Milanés-, una obra de danza con música original, la proyección del documental “Microcosmos” de Claude Nuridsany, y una pasarela acompañada por los “beats” del DJ estadounidense Charles Browne, quien ha participado en eventos como el Mercedes-Benz Fashion Week. 

“¿Y todo esto, no es muy sofisticado para la Cuba de las mayorías?”, pregunté sin ánimos de ofender a un amigo cubano. “Sin entrar en política, al menos en La Habana somos conscientes de que estamos en otros tiempos”, me respondió. 

Pese al optimismo de algunos, debemos ser realistas. En el corto plazo, Cuba no abandonará su política socialista y el Partido Comunista Cubano (PCC) seguirá gobernando en el país. Poco después de la visita de Obama, se llevó a cabo el VII Congreso del PCC. Roberto Álvarez Quiñónez, experiodista del Granma, explicó a La Nación de Argentina que las declaraciones del congreso fueron como un balde de agua helada a las aspiraciones de una buena parte de los cubanos. “Paralizaron el deshielo y trajeron de vuelta la vieja retórica de la plaza sitiada”, resumió. 

La esperanza está en los jóvenes, en aquellos que están teniendo un mayor contacto con otras realidades. Ellos serán la fuerza económica de un país que poco a poco intenta abrirse al mundo. Pero no es nada fácil, cuando tantos, motivados por la miseria, el hambre y los viejos discursos, quieren abandonar su bello país. 

*Periodista. 
jaime.oriani@eldiariodehoy.com