El pasado martes 9 de agosto algo más que las competiciones acaparó la atención de los espectadores de los Juegos Olímpicos en Río, y es que algo “misterioso” ocurrió en dos de las piscinas destinadas para el evento.
Primero el agua en la fosa de clavados adyacente se tornó color verde oscuro. La piscina más grande, utilizada para waterpolo y nado sincronizado, empezó a tornarse del mismo color al día siguiente.
Tras lo ocurrido funcionarios dijeron que el cambio no representa un riesgo para la salud de los deportistas. Sin embargo, muchos se preguntaron, ¿Qué ocurrió para que el agua cambiara de color de un día para otro?
Según Gustavo Nascimento, director de sedes del comité organizador, el agua de la piscina, que ya lleva cuatro jornadas de color verde, sufrió una reacción química de los productos empleados para su mantenimiento.
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MISTERIO#Rio2016 Verde, y no oro, el color en la fosa olímpica para #Clavados https://t.co/Uj3sd7k4KA pic.twitter.com/cKtEXMiCPK
— EDH Deportes (@EDH_Deportes) 10 de agosto de 2016
“The New York Times” detalló, que un empleado derramó por error peróxido de hidrógeno, que se utiliza para la limpieza de las piletas.
Este químico no puede ir junto con el cloro, que ya se encontraba en las aguas en cuestión. Por lo tanto, cuando un empleado de mantenimiento de las piscinas añadió 160 litros de peróxido de hidrógeno al agua, el cloro sufrió el efecto de neutralización, hecho que habilitó el crecimiento de “compuestos orgánicos” que podrían haber incluido algas.
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El organizador agregó que de estas fue drenada para la competición de natación sincronizada en Río. Fue sustituida por la de calentamiento, para favorecer que las atletas puedan verse entre sí y los jueces pudieran observar el ejercicio sin dificultades.