El juez que investiga el escándalo de Petrobras aceptó dar trámite a los cargos contra Paulo Ferreira, extesorero del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, y el expresidente Lula da Silva.
Ferreira dirigió las finanzas del PT entre 2005 y 2010 y es el tercer extesorero del partido que enfrentará cargos por supuesta corrupción.
Su antecesor, Delubio Soares, quien ocupó ese cargo entre 2000 y 2005, fue condenado a siete años de prisión por un escándalo de sobornos parlamentarios ocurrido durante el primer mandato de Lula.
Ferreira fue sucedido como tesorero del Partido de los Trabajadores por Joao Vaccari, quien ya ha recibido una pena de 15 años de cárcel por su participación en las corruptelas en la estatal petrolera, que salpican a decenas de políticos y grandes empresarios del sector de la construcción.
En el caso de Ferreira, los cargos aceptados por el tribunal se refieren a corrupción y blanqueo de dinero, por operaciones en las que está acusado de ayudar a amañar contratos con Petrobras a favor de empresas privadas que luego dividían parte de sus ganancias con la red de corrupción.
El juez Sergio Moro, a cargo de la investigación, dijo que también ha aceptado denuncias formuladas del Ministerio Público y la Policía Federal contra 13 personas, entre empresarios y agentes financieros, acusados de colaborar en el blanqueo del dinero.
El juicio contra Ferreira golpea otra vez al PT, que sigue centrado en la defensa de Rousseff, quien enfrenta un juicio de destitución por presuntas irregularidades en la gestión de los presupuestos.