Un funcionario de la policía brasileña afirmó que el nadador estadounidense Ryan Lochte inventó la historia de que le habían robado sus pertenencias a punta de pistola en Rio de Janeiro.
El funcionario dijo que, aproximadamente a las 6 de la mañana del domingo, Lochte y sus compañeros nadadores Jack Conger, Gunnar Bentz y Jimmy Feigen pararon en una gasolinera cerca de una de las sedes de los Juegos Olímpicos.
Uno de los nadadores trató de abrir la puerta del baño y la rompió. Apareció un guardia de seguridad, quien los confrontó, según el funcionario.
La fuente dijo que el guardia estaba armado pero no apuntó con ella a los nadadores.
De acuerdo con esta nueva versión, el gerente de la gasolinera llegó después y exigió que los nadadores pagaran la puerta dañada.
Tras una discusión, los deportistas pagaron una suma desconocida y se marcharon.
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Según el funcionario, los nadadores que fueron obligados a bajarse del avión en el que partirían hacia Estados Unidos el miércoles por la noche, dijeron a la policía que la historia del robo fue un invento.
Lochte mintió primero sobre el robo durante una llamada telefónica con su madre Ileana, quien habló con la prensa, dijo el funcionario.
Mario Andrada, vocero del comité organizador de los Juegos Olímpicos en Rio, se mostró complacido por el hecho de que hubiera trascendido la verdad en este caso.
Las autoridades presionaron a los nadadores para que contaran lo ocurrido. Posteriormente informaron que los nadadores no pudieron dar detalles clave que sustentaran el robo.
Los nadadores dijeron que estaban ebrios y no recordaban el tipo o color de taxi en el que viajaban. Las sospechas de falsedad cobraron fuerza tras revisar un video de seguridad de los nadadores cuando regresaron a la Villa Olímpica. Las imágenes mostraron que todos usaban relojes.
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