En una semana, ARENA elegirá a su nuevo Comité Ejecutivo Nacional (Coena). La coyuntura ha motivado a muchas personas a escribir sobre el tema.
No soy ni militante, ni simpatizante del partido, pero como joven que cree en la democracia y que desea la renovación de la clase política de este país, quiero expresar mi opinión al respecto y dirigir unas palabras a los areneros y al próximo Coena. Además, inevitablemente me tocará elegir entre los candidatos que impulsen los partidos en las próximas elecciones.
Albert Einstein decía que “locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. En las planillas que se han presentado, vemos prácticamente a los mismos contra los de siempre. Pese a esto, no tengo duda de que en los tres grupos hay personas capaces, con principios firmes y ánimos de renovación. Aprovechen la oportunidad de un proceso interno -en principio pensado para evitar el tan acostumbrado “dedazo”- para elegir dirigentes que lleven al partido a la modernización.
Fomenten la crítica interna y la pluralidad de opiniones dentro de su instituto político. Muchos de su partido dicen: “Arenero no critica ni habla mal de otro arenero”. Es absurdo. Cuando hay malas acciones, es necesario denunciarlas y ser autocríticos para mejorar.
Al impulsar un verdadero debate interno, formarán personas con capacidad de argumentación y de diálogo constructivo. Lamentablemente, muchos de los jóvenes que conozco en su partido ven en el opositor a un enemigo y piensan que o están con ustedes o contra ustedes, porque no hay espacio para terceros ni posturas intermedias.
Sin embargo, un sistema democrático se sanea si se critican y denuncian las malas prácticas independientemente del color, provengan o no del partido con el que simpatizamos. Sepamos que las ideologías y los fanatismos son el negocio del que se lucran los malos políticos.
Hasta ahora, tampoco ha sido bien visto que alguno de los suyos vaya contra lo dictado por los altos mandos. Para motivar a que los apoye la ciudadanía que cree en la libertad y que busca un desarrollo económico que llegue hasta los más desfavorecidos, el nuevo Coena no debe permitir a los financistas y a la vieja guardia de su partido, que dicten políticas y decidan candidatos. Esto debe ser fruto del diálogo entre los distintos sectores, porque este país ya no es la finca de nadie.
También es tiempo de dejar atrás las arengas anticomunistas. Ciertamente, sigue siendo real la amenaza del Socialismo del siglo XXI, pero con sus consignas del pasado dicen poco o nada a las nuevas generaciones y solamente agravan la polarización en un país tan necesitado de unidad.
A los populismos y a los sistemas comprobadamente fracasados se les gana con acciones concretas, aunque sean impopulares. Respondan a los deseos comunes de tantos salvadoreños. La mayoría clamamos por una lucha frontal contra la corrupción, tenemos sed de transparencia y de un gasto público eficiente.
Inicien con la purificación de la política dentro de su propia casa. No toleren el despilfarro en sus funcionarios, ni el uso indebido de los fondos. Investiguen y denuncien, sin miedo al daño que en el corto plazo les pueda causar. Pedir perdón por las malas prácticas no es suficiente; lo digo porque dejaron mucho que desear con su postura por lo sucedido con el Diputado David Reyes. Después, lamentan y rasgan sus vestiduras porque de sus filas salen políticos como un expresidente que, según Probidad, no ha podido justificar el aumento de su patrimonio por más de $3 millones de dólares.
Inevitablemente esto lleva a que respeten la institucionalidad y a que busquen fortalecer instituciones como la Fiscalía y la Corte de Cuentas.
Es de justicia reconocer que en el Coena de Jorge Velado se han logrado avances, como esta próxima votación secreta y aquella de 2014 en la que se eligieron los candidatos a alcaldes y a diputados.
*Periodista.
jaime.oriani@eldiariodehoy.com