En julio anterior, en Apastepeque, San Vicente, expiró el tiempo de vida de un árbol que por años fue parte de la ornamentación del parque central.
Del árbol quedó un tronco. Pero las autoridades de la ciudad tuvieron la idea de invitar al escultor local, Sabas Gómez para darle forma.
El fotógrafo Húber Rosales, capturó con su cámara el proceso en el que el trozo de madera anclado al suelo, cobró una nueva vida gracias a una moto sierra y otras herramientas propias de un escultor y la convirtió en una cabeza de Jesús.
Y es que Sabas Gómez es conocido en Apastepeque como uno de los guardianes de la tradición, creando imágenes religiosas en madera, lo que aprendió en un traspaso de conocimientos del oficio, de generación en generación.
FOTOS: Árbol derribado por la lluvia se convertirá en esculturas
Días más tarde la historia se repite en la ciudad de Cojutepeque. Una tormenta derribó un viejo árbol de cortés blanco que estaba en el parque central de la ciudad. La alcaldesa Rosa Guadalupe Serrano, preguntó a sus colaboradores qué se podía hacer con toda esa madera y minutos más tarde apareció un empleado de la municipalidad con la publicación de El Diario de Hoy donde José Sabas Gómez daba muestra de su habilidad en Apastepeque.
Con la misma página en mano, se dirigieron a la ciudad vicentina para investigar el domicilio de tan diestro escultor y, después de un par de vueltas y preguntas por el pueblo, dieron con su domicilio.
El artista aceptó la propuesta de hacer algo similar en Cojutepeque con la buena madera de cortés blanco, y junto con la alcaldesa, lanzaron varias ideas. Al principio se manejó que crearía la imagen de Cristo y una Virgen; pero entre plática y plática al, final se optó por la temática de la familia y hacer un monumento a la fuerza de la unión familiar.
Con su moto sierra en mano y con la ayuda de su hijo Miguel Ángel, heredero del oficio y estudiante de la escuela de artes plásticas del Centro Nacional de Artes (Cenar), trabajaron durante 8 días para hacer dos esculturas, una de la madre con su bebé y otra de un padre con su hijo en hombros.
Por ahora el artista ha recibido otras ofertas de trabajo con madera de troncos caídos, como por ejemplo en Armenia, Sonsonate, donde tiene proyectado desarrollar el rostro de Jesús y otro de la Virgen María en dos pedazos de tronco de conacaste, en la Casa de Jesús, de la comunidad católica el Salvador del Mundo.