Los Juegos Olímpicos de Río 2016 se cerraron con la ceremonia de clausura, una fiesta que tuvo como bandera la alegría brasileña y el objetivo de “lavar el alma de todo el mundo”.
El imponente estadio Maracaná, el mismo que se utilizó en la ceremonia de apertura, fue el escenario en el que se apagará la llama olímpica y se le entregará la posta a Tokio, próxima ciudad organizadora en 2020.