???Schadenfreude???

Pero existe y no necesariamente implica desearle el mal a la persona en cuestión, sino simplemente disfrutar internamente cuando el mal le llega a alguien que consideramos “se lo buscó”.

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ARENA reunió a sus bases del occidente y la zona paracentral del país para presentar a los tres candidatos al Coena.

/ Foto Por elsalv

Por Cristina López*

2016-08-21 7:01:00

No hablo alemán. No lo entiendo, ni cuando lo oigo, ni cuando lo leo. Sin embargo, aun sin entenderlo, hay que darle crédito porque con una sola palabra pueden definir conceptos que en otros idiomas sólo podemos describir si usamos una frase entera. En su eficiencia, los alemanes tienen una sola palabra para describir cosas como el complejo pero atinadísimo concepto de “cara que ruega porque le den un puñetazo”: se dice “backpfeifengesicht” (la pronunciación se la debo). Otra palabra, que siempre me ha parecido de gran utilidad, describe, más que un concepto físico, un sentimiento: schadenfreude (con perdón de los alemanes, se oye algo así como “shaden-froyda”).

Schadenfreude le dicen a la satisfacción personal derivada del infortunio de otra persona. A ver, no es complacerse del mal ajeno en general, es disfrutar que una persona en específico la esté pasando mal. No, no es el sentimiento más loable. Pero existe y no necesariamente implica desearle el mal a la persona en cuestión, sino simplemente disfrutar internamente cuando el mal le llega a alguien que consideramos “se lo buscó”.

Schadenfreude es definitivamente lo que sentimos los que considerábamos un prepotente insoportable a Ryan Lochte (el segundo nadador más famoso del equipo estadounidense) cuando se descubrió que su historia de victimización por un asalto a mano armada en Río de Janeiro no era más que una fábula para distraer de su propia mala conducta. Al quedar en evidencia su mentira y peor aún, la conducta vergonzosa que estaba intentando minimizar con su historieta cargada de estereotipos ignorantes y ofensivos hacia los países en vías de desarrollo, nadie recuerda ya las medallas de Lochte, sino su arrogancia y sed de atención. Y eso nos da algo de schadenfreude a quienes seguimos de cerca los Juegos Olímpicos y que esperaríamos que el espíritu olímpico se elevara por encima de eso.

Otro ejemplo de schadenfreude personal fue saber que Eugenio Chicas salió a dar declaraciones la semana pasada desligando a su partido, el FMLN, del primer presidente con el que lograron llegar al poder, en vista de las sospechas que recaen en su contra. “Ese era un gobierno abierto”, dijo, nada que ver con el actual. O sea que ellos, “pasando iban”, a Funes, si lo vieron, no se acuerdan, ahora que ya no es el periodista que despotricaba contra las corrupciones de la oligarquía, sino un ciudadano investigado por la Fiscalía General de la República por posibles delitos de enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, malversación, negociaciones ilícitas, y peculado. Afligidos deben estar, como para considerar necesario desvincularse de aquel al que le prestaron el partido con tal de que los llevara al poder.

Y estar bajo investigación por posibles delitos cometidos no puede ser fácil. Sin lugar a dudas, conlleva estrés no merecidos para los seres queridos del investigado, que terminan bajo la lupa sin merecerlo. Solo alguien de intenciones retorcidas podría sentir satisfacción por las penas de ellos. Pero la incomodidad del expresidente Mauricio Funes —que si nada ha hecho y nada debe, la investigación no hará más que incomodarle— sí que causa schadenfreude. Principalmente porque por años exigió institucionalidad y justicia para enfrentarse a la oligarquía que se lucraba de los frutos del país. De quienes explotaban desigualdades para beneficio propio. Del empresariado, a quien acusaba de evadir impuestos o negociar bajo la mesa. Ex-presidente: ¡parece que después de tanto despotricar, le oyeron en la Fiscalía! Y schadenfreude aparte, por el bien de la institucionalidad, que se investigue a fondo.
  
  

*Lic. en derecho de ESEN 
con maestría en Políticas Públicas 
de Georgetown University.
Columnista de El Diario de Hoy.
@crislopezg