Es cierto, los brasileños suelen tener dificultades para la organización. Pero son estupendos anfitriones y una potencia mundial en baile y alegría.
Con un espectáculo carnavalesco, Río de Janeiro despidió el domingo los primeros Juegos Olímpicos realizados en Sudamérica. Y aunque hubo brasileños que sintieron “saudade” y pidieron que la llama olímpica no se extinguiera, es seguro que muchas personas respiraron aliviadas cuando esta finalmente se apagó.
¡REPASO GRÁFICO IMPRESIONANTE! ?
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— EDH Deportes (@EDH_Deportes) August 22, 2016
La austeridad y la emotividad distinguieron el último festejo olímpico en Río, que también se caracterizó por la riqueza de su música y sus bailes. Así, se puso el cerrojo a unos juegos que dejaron de manifiesto la capacidad de los brasileños para sacar adelante unas justas dignas pese a todas las adversidades.