AHUACHAPÁN. La parroquia del Santísimo Redentor El Calvario, en Ahuachapán, urge de fondos para reparar daños que enfrenta la infraestructura y que los feligreses no observan a simple vista; pero que representan peligro en caso de que se registre un terremoto de gran magnitud, como los ocurridos hace quince años.
El secretario de la parroquia, Edgardo Ramos, explicó que en el área del altar mayor, bajo el presbiterio, existe una viga de 12 metros de longitud que atraviesa el templo de oriente a poniente y que representa peligro para los feligreses, porque un extremo no descansa sobre ninguna columna.
Esta no tiene fijeza porque en su costado oriente solo reposa sobre la pared lateral, sin ningún amarre de concreto; pese a que en ella descansa el techo.
El temor es que haya un terremoto de altas proporciones y las paredes se abran, provocando el colapso de dicha estructura del techo y otras partes del templo. La viga es de ladrillo y cemento.
En su costado oriente sobresalen los hierros que únicamente están reposando en la pared.
Los daños no son nuevos. La viga fue construida después de los terremotos de 2001. Desde esa fecha, el templo fue inhabilitado mientras se realizaba la restauración.
Fue ocupado nuevamente en el 2004; pero los trabajos no fueron de calidad, ni se reparó todo.
“Es un riesgo invisible porque si uno pasa por el templo, aparentemente no se ve el daño. Es interno, está bastante fracturado y propenso a que esta viga caiga y pueda ocasionar, Dios no lo permita, un grave daño”, dijo el secretario.
Las autoridades de la iglesia aún no saben cuánto podría costar la intervención, ya que los técnicos les han recomendado que los estudios de suelo los realicen durante el verano cuando ya no presenta humedad y su elaboración resulta menos costosa.
El peligro fue detectado hace dos años; pero fue hasta diciembre de 2015, cuando hubo cambio de sacerdote, que comenzaron a pensar qué hacer.
No es la única intervención la que deben de realizar. La otra es la restauración de la torre principal, donde se encontraba el campanario.
La misma cedió durante los terremotos de hace 15 años; pero los trabajos de restauración de entonces no incluyeron su reconstrucción.
Por ello, el área solo fue techada y parte de los hierros que la sostenían fueron doblados al interior del templo para sostener la estructura.
El secretario de la parroquia dijo que eso también representa mucho peligro, ya que si el techo cede se llevará esos hierros y algunas paredes.
La parroquia como tal no cuenta con los fondos para ejecutar dichos trabajos por lo que está apelando a la buena voluntad de las personas, incluyendo a las que residen fuera del país, para que realicen donaciones.
Lo pueden hacer a través de la cuenta número 00300126452 del Banco Hipotecario, a nombre del sacerdote Henry Antonio Morales. Las personas pueden llamar al número telefónico 2413-2771 para pedir mayor información.
Actividades
Los representantes de la iglesia y los feligreses están vendiendo souvenirs católicos; los sábados comercializan tamales y los domingos almuerzos; además organizan turnos.
Esto como parte de una campaña de recaudación de fondos que inició en mayo de este año y que será de forma permanente hasta que reúnan el dinero que requieren.
Una de las personas que integra el Comité Económico Parroquial, Vilma de Olivares, explicó que la importancia de mantener el templo en buenas condiciones es porque acoge a las personas que llegan en busca de paz interior.
“Los daños son bastantes y preocupan. No se ven (porque) están tapados como las enfermedades. Al empezar a destapar todo eso va a ser una bomba; las personas creen que estamos bromeando con el trabajo que estamos realizando. Es un gran daño que tenemos en la parroquia y es necesario que nos ayuden para que lo podamos reconstruir”, dijo de Olivares.