El hombre que resucita Vespas

??scar Salguero se esmera por devolver a la vida a estos vehículos que se hicieron populares en los años 60.

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elsalvador.com

Por Raúl Benítez

2016-08-27 3:47:00

Sus manos no hacen milagros, pero con ellas rescata del óxido y del olvido a las motocicletas marca Vespa que llegan hasta su taller. Óscar Salguero es un hombre que ha dedicado 54 de sus 69 años a reparar estos pequeños vehículos.

La vespa es una línea de motocicletas, o motonetas, manufacturada en Italia desde 1946 por la compañía Piaggio. Su diseño y características le permitieron expandirse y popularizarse por todo el mundo.

Su primera vez frente a una de estas motocicletas fue a los 15 y fue amor a primera vista. Salguero trabajó como aprendiz en los talleres de la empresa distribuidora en 1962. Ahí empezó empaparse, entre engranajes, aceite y combustible, de cada uno de los modelos que venían al país.
Dos años después empezó a trabajar como operario, pero fue hasta 1977 cuando se independizo.

La idea no vino de él. Fue su hermano quien lo convenció de que ya era hora de montar su propio taller y trabajar; y así lo hicieron por muchos años. Primero montaron la tienda en un local en la calle Gerardo Barrios, en San Salvador, y desde 1982 trasladó su Vespa Service a la 9a Calle Poniente, a unos metros del parque Centenario, dónde aún repara a estas avispas.

Afuera de su taller, formadas, afuera de su colmena, las vespas llaman la atención de los transeúntes. El negocio sigue siendo familiar. Ahora “Oscarito”, cómo Salguero se refiere cariñosamente a su hijo, también se engrasa las manos reparando las motocicletas.

Este joven de 27 años estudia Mercadeo, y, como parte de la promoción de su negocio, maneja una vespa a dónde quiera que va. El vehículo le fue entregado cuando empezó a estudiar, y desde el principio lo vieron como una manera de promocionar no solo su local, sino también la vida sobre estas inconfundibles motos. 

Ahora, sus clientes ya no son los mismos, cada vez se acercan más jóvenes para comprar a estas indómitas avispas y convertirlas en sus compañeras de andanzas, siempre bajo la supervisión y buenos tratos de Salguero, el hombre que con amor y esmero, las rescata del olvido.