Orgullos y vergüenzas de ser salvadoreño

¿Llegará el día en que respetar las leyes, ser puntuales y correctos nos generen más orgullo que nuestra comida, paisajes y artesanías?

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elsalvador.com

Por Carlos Alfaro Rivas*

2016-08-29 7:10:00

Desde que salió a la luz que casi 8 de cada 10 salvadoreños nos iríamos del país, si tuviéramos los papeles y el dinero requeridos, he realizado una encuesta informal para entender los motivos  de pena y orgullo que provoca el haber dejado el ombligo en este bello, pero emproblemado terruño.

Cuando pregunto “¿qué te hace orgulloso de ser salvadoreño?”, las respuestas no salen de forma automática. Después de titubear, mis encuestados expresan lo cachimbones que somos, las pupusas, las playas y nuestros artesanos.

Nadie menciona nuestro gobierno, nuestros jueces, nuestros policías, ni la entrega a la familia ni al trabajo. Lo que destaca es la comida típica, los atractivos turísticos, y nuestra personalidad buena onda, servicial y chistosa.

Un salvadoreño de verdad no anda con cuentos para apoyar a su chero. Nuestra casa, por humilde que sea, puertas abiertas para que entre el que viene de fuera. Cuando viajamos, nuestras maletas siempre con queso, café, zemita y regalitos, tan esperados por familia y amigos.

Al hacer la otra pregunta: “¿qué te provoca vergüenza de ser salvadoreño?”, de inmediato brotan un montón de respuestas: Nuestros políticos, la inseguridad, la corrupción, la pobreza, la falta de justicia, el chanchullo, nuestro futbol y la impuntualidad.

Claramente nos da pena la falta de institucionalidad. A falta de autoridad, los delincuentes campean a diestra y siniestra. Nos avergüenza la incapacidad de hacer respetar las reglas, la falta de un estado de derecho. El chanchullo e impuntualidad es el lado negativo de la misma gente que nos hace sentir un poco de orgullo. En El Salvador, el tiempo no es oro y reina la pate cheje. Si no lo cree, pregúntele a Funes por qué llegó tarde a la audiencia con Su Santidad y de dónde sacó tanta propiedad.

 Por supuesto, el futbol no podía faltar, tanto por los decepcionantes amaños de dirigentes y jugadores como porque tenemos más de tres décadas de no decir presente en un Mundial.

Las vergüenzas de los salvadoreños son motivos de orgullo en otras culturas. En Alemania, la institucionalidad está escrita en piedra, las reglas se respetan, la impuntualidad y chanchullo son pecados mortales. La  ley, el orden y la disciplina son rey. Con razón han sido campeones mundiales de futbol en cuatro ocasiones.
 
Mi encuesta informal señala que tenemos un lindo país en el que se come rico, pero sin instituciones, ni reglas del juego, que garanticen la convivencia. Estamos más orgullosos de las pupusas que de nuestros policías. Los diputados son fácilmente superados por un pan con chumpe. La roca del Tunco es más inspiradora que el cumplimiento de la ley. Preferimos ir al chupadero que al museo. Nos sentimos más salvadoreños al ver una artesanía de Ilobasco que de la historia de Joya de Cerén.

 Ahora entiendo por qué el estadio está a medio vapor cuando juega la Selecta; porque muy pocos cantamos, y tocamos nuestros corazones, cuando suena el himno; es raro ver nuestra bandera en plazas, casas y negocios. Altas y claras las razones porque 8 de cada 10 nos queremos ir en busca de grama más verde al otro lado de la frontera.

Estamos a 5 años de celebrar 200 años como nación independiente, pero muy lejos de que nuestras vergüenzas se conviertan en orgullo ¿Llegará el día en que respetar las leyes, ser puntuales y correctos nos generen más orgullo que nuestra comida, paisajes y artesanías?

Estiraré los tenis antes de verlo, pero les invito a que, aunque los motivos de orgullo sean contados con los dedos de una mano, los expresemos cantando el himno a todo pulmón  - puede ser en la ducha. También, a que luzcamos  nuestra bandera, aunque sea durante el mes de Independencia patria que está por iniciar. 

Saludemos la patria orgullosos, de hijos suyos podernos llamar.

PD. Con su permiso, me desaparezco un par de martes, ya que, con mucho orgullo, estaré representando a mi país en el campeonato mundial de triatlón, a disputarse en un lejano continente.
 

*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com