La extorsión del suicida

El rumbo suicida que están tomando al endeudar al país cada vez más y hundirlo con impuestos tendrá consecuencias muy duras para la gente en el futuro inmediato.

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Aunque ha aumentado el presupuesto de Nefrología, también hay más pacientes atendidos.

/ Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds*

2016-06-30 7:17:00

El gobierno del FMLN maneja la política fiscal en tres movimientos que luego repite. El primero es aumentar de una manera exorbitante los gastos orientados a crear una red clientelar de apoyo al partido para las elecciones de 2018 y 2019. El segundo movimiento es recortar los gastos esenciales del gobierno — tales como cortar el abastecimiento de medicinas y equipo en los hospitales o la reducción del apoyo a las escuelas de 25 a 13 dólares por alumno — para contar con más dinero para crear las redes clientelares. El tercer movimiento es hacer grandes aspavientos de que necesita ya, pero ya, miles de millones de dólares en préstamos, impuestos y confiscaciones de ahorros de los futuros pensionados porque se está acercando a una crisis fiscal y no va a poder pagar las pensiones, ni las deudas, ni a los proveedores, ni a nadie más. Al conseguir este dinero, lo dedican por supuesto a los gastos para formar las redes clientelares, no a pagar deudas o a costear actividades indispensables para el pueblo, y el círculo se vuelve a jugar.
 
Así, de esta forma, usted puede ver que la gente está muriéndose en los hospitales por falta de catéteres para hacer diálisis, o de medicinas para los hemofílicos, o porque no hay otras medicinas esenciales, para luego ver que el gobierno anuncia que dará subsidios a los ninis, que no se justifican de ninguna manera excepto como sueldos disfrazados para activistas, mientras usted oye que diversos voceros del gobierno dicen que el gobierno, que había hecho mil amenazas para conseguir 150 millones en préstamos, al nomás conseguirlos dijo que necesitaba 1,200 más porque si no iba a tener que confiscar las pensiones, sólo para ser contradicho por otro vocero del partido diciendo que quieren los 1,200 más las pensiones, que son como 4,500 millones más.
 
Y hace un par de días, el gobierno anunció el establecimiento de un cargo del 13 por ciento adicional en el cobro de la energía eléctrica. Esto es, por supuesto, un impuesto con otro nombre que, inconstitucionalmente, no pasó por la Asamblea, y que es equivalente a duplicar el IVA sobre la energía eléctrica, que ya es demasiado alta y que, por lo tanto, ha causado la salida del país de muchas empresas industriales y sus empleos, y que ya ha desincentivado el establecimiento de muchas más. 

Con esto el FMLN está demostrando una vez más que lo único que le importa es proveerse de fondos para tratar de mantenerse en el gobierno, y que no le importa hacerlo a costas del sufrimiento del pueblo en términos de mayor desempleo, falta de medicinas, hospitales que se inundan y están en peligro de caerse, pésima educación y malos servicios públicos en general. 

Todo esto está basado en la idea de que gastando más y más dinero, y contratando más y más activistas van a ganar las elecciones de 2018 y 2019. Hasta el momento las encuestas parecen darle la razón de que pueden ganar esas elecciones. Pero hay dos cosas que el FMLN no está tomando en cuenta. Primero, que en las encuestas la gente tiende a no decir que va a votar en contra del gobierno porque tienen miedo de que alguna consecuencia pueda tener para ella el decir semejante cosa. Segundo, que el rumbo suicida que están tomando al endeudar al país cada vez más y hundirlo con impuestos tendrá consecuencias muy duras para la gente en el futuro inmediato. Si hay gente que todavía no se ha convencido de que el FMLN es tóxico para el país, sus acciones actuales y el rumbo que están tomando, y la manera en la que se jactan que tienen la sartén por el mango en el país van a convencerlos. Y entonces, no importa cuanto dinero gasten, van a perder. Y mientras más extorsionen al pueblo, más grande será la derrota, y más grande será la desazón que destruirá al partido después de ella.
 

*Máster en Economía,
Northwestern University.
Columnista de El Diario de Hoy