Las autoridades del Ministerio de Salud dejaron entrever que podrían tomar medidas en contra del jefe del servicio de Nefrología del Hospital Rosales, Ricardo Leiva.
Las declaraciones fueron brindadas días después de que la crisis por desabastecimiento de catéteres rígidos afectara a pacientes renales.
“Ahí están, hay catéteres blandos y catéteres rígidos y hay una especie de negligencia, que ya estamos tomando medidas, porque no podemos permitir desde ningún punto de vista que se afecte la salud de los pacientes renales que lleguen a nuestro hospital Rosales”, expresó la ministra de Salud, Violeta Menjívar.
El Rosales pasó más de dos semanas sin catéteres rígidos, lo que afectó la atención de los pacientes que necesitan un tratamiento para sustituir la función de los riñones.
Algunos pacientes pasaron más de 15 días sin dializarse, lo que implicó un serio riesgo para su salud.
“En ese sentido se van a tomar todas las medidas del caso, porque no podemos seguir poniendo en riesgo la vida de nuestra población”, expresó Julio Robles Ticas, viceministro de Salud.
El funcionario informó que más de 50 pacientes han presentado una solicitud para que “intercedan con los nefrólogos del hospital para que dejen de poner catéteres rígidos y se dediquen a poner catéteres blandos”.
Añadió que el director del hospital, Mauricio Ventura, ha ordenado a los cirujanos que coloquen los blandos.
No obstante, Leiva señaló que en Nefrología no han dejado de ponerlos.
Robles Ticas dijo que después de haber dado la orden para que se estableciera un protocolo de uso del catéter blando, la dirección recibió una carta de Leiva donde le pedía que se autorizara la compra y uso de dichos insumos, pero también “que se le pase la colocación a los cirujanos en lugar de los nefrólogos”.
“En ese sentido, yo creo que no por el pensamiento, ni por las ideas ni por la actitud de una persona se va a dejar de tratar de la mejor forma a los pacientes”, comentó el funcionario.
Pero Leiva negó haber pedido que la colocación de los catéteres se trasladara solo al servicio de Cirugía.
El nefrólogo expresó que en su carta, con fecha 28 de junio, pedía a la dirección que se asignaran fondos de forma urgente para la compra por libre gestión de 400 catéteres blandos tipo Tekchoff en espiral y 400 líneas de transferencia corta.
La solicitud fue para evitar el desabastecimiento, porque tanto los nefrólogos como los cirujanos han aumentado su uso. También indicó que hay 100 catéteres blandos que no han podido usar porque no son compatibles con las líneas de transferencia que usan en el servicio.
Leiva declaró que solo en Nefrología han logrado colocar hasta seis catéteres blandos diarios y en Cirugía se pondrían dos al día, pero aún así la demanda de pacientes supera la capacidad.
Robles Ticas admitió que el uso de catéteres rígidos debe ser para los pacientes graves que lleguen de Emergencia y después pasarlos al otro tipo de insumo.
“El problema es que todos los que vienen son emergencias, no tenemos cómo apoyarlos con otro tipo de diálisis, porque son demasiados pacientes”, manifestó Leiva.
La cuestión de los catéteres rígidos
Ante el desabastecimiento de catéteres rígidos ha surgido una controversia por su uso en el Rosales.
Postura de jefe de Nefrología
Los catéteres rígidos son insumos obsoletos y no son ideales para la atención de los pacientes renales, por ello han intentado reforzar la colocación de catéteres blandos.
La negligencia administrativa provocó la falta de catéteres rígidos para los pacientes graves. No pueden poner catéter blando a todos los que necesitan diálisis de urgencia.
Postura Ministerio de Salud
Los protocolos internacionales establecen que son los catéteres blandos los que deben usarse para el tratamiento renal sustitutivo. Los rígidos son para casos de emergencia.
El servicio de Nefrología no ha brindado diálisis aunque hay catéteres blandos disponibles en el hospital y ha habido negligencia para la colocación de estos insumos.