Messi y Cameron, ejemplos de la evaluación del desempeño

Los ejemplos de Cameron y Messi deberían dejarnos claro que, una vez más, es la gente la que importa, la que hace la diferencia.

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elsalvador.com

Por Jorge Alejandro Castrillo Hidalgo*

2016-07-01 8:17:00

Vivimos tiempos vertiginosos y las cosas cambian de un día para el otro. Hace apenas unas semanas, el Reino Unido formaba parte de la Unión Europea y Leo Messi a la selección argentina de fútbol. A Messi, el resultado de un juego con penalti errado (¿?) lo hace declarar que se sale de la albiceleste; David Cameron, el primer ministro inglés, al día siguiente de conocido el resultado del plebiscito, anuncia su dimisión del cargo. Ambos salen voluntariamente, ambos lo hacen luego de resultados adversos a su gestión. Al así hacerlo, ambos se asumen líderes y se comportan en consecuencia, porque… ¿Perdió Messi el partido o lo perdió la Selección? ¿Fue Cameron y su gobierno (que él controla) el que decidió salirse de la UE o fue la mayoría de los ilustrados súbditos de la Reina? 

El brexit no obligaba al Primer Ministro a renunciar y me parece poco probable que su partido lo haya obligado a hacerlo como consecuencia de tal resultado. Cameron renuncia porque él tiene sentido de decoro y responsabilidad. El plebiscito, procedimiento de consulta popular que no lo tenemos en uso nosotros pero que se ha escuchado desearlo a algunos políticos de nuestro terruño, opera efectivamente como evaluación al desempeño cuando quienes detentan cargos públicos tienen estatura moral y se sienten interpelados por sus resultados. Messi se excluye de la selección, supongo, porque a él le resultaba ya demasiada pesada la carga de echarse sobre sus hombros a todo el equipo de su patria natal, que parece no tener los niveles de desempeño que el club en que se ha hecho famoso. Una golondrina no hace verano, pero la fama y la exposición pública obligan a actuar decentemente. Todos lo ven.

La evaluación del desempeño es ahora una práctica usual en las organizaciones serias o que quieren serlo y que se esfuerzan continuamente en buscar la calidad y la excelencia. En la actualidad, ya no se habla de administrar recursos humanos en las organizaciones, sino de gestionar talentos, considerados como el activo más importante de las organizaciones. ¡Y hasta los talentos pueden fallar un penalti, que debió ser la lección correcta por aprender! Pues ni el más fanático aficionado del Real Madrid podrá negar que “la Pulga” es un talento para el fútbol. Lo viene siendo y comprobándolo, desde hace años. En casi todas las justas, excepto cuando vestía la albiceleste camisola. ¿Por qué sería?

Una definición de texto dirá que la evaluación del desempeño es un procedimiento que incluye tres momentos: 1. Establecimiento de estándares laborales, 2. Evaluación objetiva del desempeño real de los empleados en relación con esos estándares y 3. La comunicación de los resultados al empleado con el fin de motivarlo a superar deficiencias en su desempeño o para reconocer su buen nivel. Otro autor coloca la evaluación al desempeño como uno de los seis macroprocesos en la gestión del talento humano.

Los ejemplos de Cameron y Messi deberían dejarnos claro que, una vez más, es la gente la que importa, la que hace la diferencia. No cualquiera renuncia a un privilegio que detenta (Primer Ministro, capitán de la selección) solo porque un aspecto de su gestión no haya sido todo lo exitoso que se quería. Depende de la importancia de la gestión y de la decencia de la persona. En algunos casos, es al jefe o líder quien debe tomar la decisión de separar a miembros de su equipo con base en los resultados con los que los colaboradores producen. ¿Será que veremos alguna vez, en nuestra patria querida, renunciar a un funcionario o funcionaria porque es evidente que su gestión es desastrosa o que sus niveles de desempeño no alcanzan los estándares del puesto? Tal vez nos toque esperar sentados pero no perdamos las esperanzas. 

*Colaborador de El Diario de Hoy