Los sacrificios tributarios de los salvadoreños

Los ciudadanos ya pagan al menos 20 impuestos más en los últimos siete años, pero no ven que la situación mejore. 

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El IVA y la renta sirven para gastos como el de educación o salud, pero pese al ingreso puntual de los ingresos, las escuelas siguen deterioradas.

/ Foto Por Marlon Hernández

Por Karen Molina/ Eugenia Velásquez

2016-07-02 11:00:00

El ministro de Economía, Tharsis Salomón López,  dijo el jueves pasado que los salvadoreños tienen que hacer un sacrificio, o sea resignarse a pagar el nuevo cargo del 13% “para inversión social”,  que se agregaría a la factura de la energía eléctrica a partir del 15 de julio, según el decreto firmado por ese funcionario y el presidente Salvador Sánchez Cerén.

Sin embargo, los datos oficiales muestran que los salvadoreños ya hacen un excesivo  sacrificio para pagar todos los impuestos que el Gobierno cobra todos los días y que, además, ha  aumentado desde 2009 a través de tres reformas tributarias.

Según el Ministerio de Hacienda, solo entre enero y mayo de este año los ingresos tributarios y las contribuciones especiales ya suman más de 2,072 millones de dólares. 

Pero con los 22 nuevos impuestos adicionales, establecidos desde 2009, el Gobierno ha obtenido unos $1,308 millones en ingresos frescos.

Los tributos más básicos que un ciudadano paga son el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que se abona por cada producto o servicio que consume, ya sea comidas, bebidas, artículos o servicios varios a los que siempre se les aplica este porcentaje, que va directo a las arcas del Estado todos los años. 

Los asalariados, además, pagan entre un 10 y un 30% del Impuesto Sobre la Renta, que sale de su salario todos los meses. Antes de 2009, el máximo de pago de renta era del 25%.

Si una persona gana un salario de $1,000  se le descuenta en promedio $75 en impuesto de la renta todos los meses. 

Con estos dos impuestos el Gobierno paga la mayoría de sus gastos estatales como darle mantenimiento a los hospitales y escuelas y dotarles de suficientes recursos (medicinas y computadoras) además de pagarles a sus médicos y profesores. 

El consumidor, además, paga más impuestos si compra bebidas rehidratantes, cigarros o bebidas alcohólicas pues el Ministerio de Hacienda subió su valor en 2009 con la primera reforma tributaria.

En su salario también está descontado un 3%  para pagar al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). El patrono paga otro 7.5% del salario de su colaborador para que éste reciba una atención oportuna en el centro médico y obtenga medicinas para curarse. 

El salvadoreño también paga tarifas básicas como la del agua, que van directo a las cuentas de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA). Este no es un impuesto, pero muchas familias lo consideran como tal y a pesar de que lo pagan puntualmente, muchos no reciben el líquido por meses. En diciembre del año pasado la ANDA modificó el pliego tarifario con lo que varias familias vieron incrementada su factura en más del 200%, según las denuncias que presentaron a las autoridades.

Las transferencias bancarias y el cobro del 5% a las operaciones telefónicas son dos de los impuestos más recientes que los salvadoreños han tenido que asumir.

Un nuevo cobro se avecina: el presidente Salvador Sánchez Cerén y el ministro de Economía, Tharsis Salomón López, firmaron un decreto ejecutivo para agregar un cargo del 13% a la tarifa eléctrica, al margen de la variación de los precios del petróleo. 

Los diputados de ARENA lo han catalogado como otro IVA más que afectará el bolsillo de los salvadoreños, que ya pagan una serie de impuestos  (22 nuevos impuestos desde 2009) y que reducen su poder adquisitivo. Según el decreto, el dinero serviría para seguir con la ampliación de la presa hidroeléctrica 5 de noviembre y otros proyectos de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL).

En quiebra

El economista Claudio de Rosa dice que esto demuestra  que el Gobierno no puede administrar bien los fondos que recibe y que se arriesga a caer en quiebra si no contiene el gasto. “El Salvador como país está en una quiebra técnica”, expresa.   “Han llegado a una situación de incapacidad de pago que pone en riesgo al país de caer en mora”, concluye.