Charles Darwin sostuvo que las especies con características mejor adaptadas a su medio ambiente son las que sobreviven con mayor probabilidad y que la repetición de este esquema a lo largo del tiempo es lo que posibilita la evolución plena de las mismas. El resurgimiento del Banco Cuscatlán podría aplicarse a la conclusión de Darwin.
La marca desapareció hace diez años del mercado bancario salvadoreño y regional cuando el jaguar de su viejo logo transformó su nativo pelaje al adoptar forma transnacional, con las dotes platinadas y sólidas del Citigroup, a nivel centroamericano. Así logró mantenerse como el quinto mayor banco del país, en una jungla dominada por otras especies que también evolucionaron en la misma década para convertirse en gigantes. El Banco Salvadoreño, retomó características británicas (HSBC), para luego mutar a capitales colombianos (Davivienda), mezcla que también adquirió el Banco Agrícola, y el Grupo Aval con el Banco de América Central, mientras a la vez surgieron variantes canadienses (Scotiabank).
Cuando Citigroup decidió vender su cartera de consumo, se especuló que el Agrícola, el BAC, y el Davivienda entraban a la puja para adquirirlo. El único que lo admitió fue Guillermo Bueso Anduray, el líder hondureño de Inversiones Atlántida que le compró a Citigroup las operaciones de la AFP Confía, por 50 millones de dólares. Su sueño era llamarlo Banco Atlántida. Pero, en esta puja, Grupo Terra logró arrebatarle la tajada y se quedó con el Banco Citi, al cual decidió llamarle Banco Cuscatlán, en lugar de “Terra Bank”.
La vieja marca fue rescatada del baúl de la recordación del mercado, donde el nombre Cuscatlán sigue presente, pese a su evolución a especie transnacional. José Luna, presidente del banco, informó que el nivel de aceptación al adoptar el nombre se debe a los valores que la marca no ha dejado de tener, pese a sus 10 años de ausencia: servicio, innovación y solución.
Luego, la construcción del logo se concibió como una evolución de la cara del jaguar a un círculo que representara simultáneamente la solidez de una moneda, la calidez de un sol y el compromiso de un anillo.
“Se trata de una fusión de elementos que genera la evolución de la marca”, comparó Luna.
Ahora, Banco Cuscatlán planea rescatar parte del territorio perdido en su nueva etapa evolucionista.
El plan estratégico de negocios contempla abrir más sucursales, ampliar las ofertas de financiamiento a más segmentos de la economía y lanzar una mayor oferta de productos. Por el momento, se posicionan como #1 en banca de personas, con una pequeña participación en banca de empresas.
“Parte de las estrategias es evolucionar en los otros segmentos manteniendo el liderazgo en banca de personas”, reiteró Luna, experto en el diseño de estrategias de negocios y operación de productos de banca de consumo. Su meta es que dentro de los próximos cinco años se posicione cerca del Banco Agrícola, el mayor del país.
“El hecho de abrirse a todos los segmentos y apoyarnos con el talento del banco, es que tenemos la oportunidad muy grande de recuperar el liderazgo en el negocio bancario”, señaló Luna, responsable de que el Cuscatlán haya conseguido como Citi el 50% del mercado en saldos y número de plásticos. Como dijo Darwin, “el que se adapta, sobrevive.”