A diez años del ataque armado perpetrado el 5 de julio del 2006 (5J) contra un pelotón de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía, que desalojaban a un grupo de manifestantes violentos que “protestaban por el aumento del pasaje” del transporte público, solo José Mario Belloso y Luis Antonio Herrador Funes fueron condenados por esos incidentes en los que murieron dos policías antimotines y otros 10 resultaron heridos.
Belloso recibió 35 años en una primera condena, pero luego un Tribunal superior le incrementó la pena a 56 años de cárcel por las muertes de los dos policías y lesiones en otros diez.
A Herrador Funes lo sentenciaron a 23 años y cuatro meses de prisión por su complicidad en los hechos violentos, mientras que la persona que le habría entregado el fusil M-16 a Belloso en el recinto universitario fue exonerado de los cargos.
VEA LA GALERÍA DE FOTOS: A 10 años del ataque 5J frente a la Universidad de El Salvador
El exdirector de la Policía y actual diputado por ARENA, Rodrigo Avila, no duda en ningún momento en señalar de que detrás del ataque armado habían autores intelectuales, pero que todavía siguen en la impunidad.Las autoridades policiales y fiscales en su momento consideraron que el ataque de Belloso contra el pelotón de la UMO no había sido una agresión circunstancial sino que fue planeado con premeditación con fines políticos.
Explicó que el ataque perpetrado por Belloso contra los policías era parte de una conspiración que buscaba desprestigiar a la Policía. Los manifestantes buscaron que los policías ingresaran al campus universitario para después generar otros incidentes violentos que dejaran víctimas inocentes dentro de la Universidad y culpar a la Policía.
LEE TAMBIÉN: Cómplice de Mario Belloso: “Por ratos me da risa, por ratos me da cólera”
“Tomé la decisión de no entrar a la Universidad, y después comenzaron armar una retórica de mentiras que había francotiradores encima del Bloom, nosotros subimos después observadores al Bloom pero cuando ya había pasado todo el evento”, dijo Avila, quien recordó que el helicóptero policial que sobrevolaba la zona fue dañado por varios impactos de bala.
Las investigaciones policiales determinaron que Belloso estuvo escondido por un buen tiempo en una de las viviendas que el partido FMLN utilizó como casa de campaña para las elecciones municipales del año 2000 en el municipio de Mejicanos.
Avila recordó que Belloso era dirigente de la denominada Brigada El Limón con nexos con grupos de choque como el Bloque Popular Juvenil (BPJ), afines al FMLN.
“Recordemos que el BPJ y la brigada El Limón actuaban articuladamente como una organización con fines políticos… actuaban como una incipiente célula subversiva terrorista”, dijo Avila, quien aseguró que a Belloso lo prepararon en Venezuela.
Te puede interesar: El doble discurso del FMLN después de los ataques
Los disturbios comenzaron cuando los manifestantes quisieron quemar un vehículo particular en la 25a. avenida Norte frente al hospital Benjamín Bloom.
Los agentes antimotines formaron un solo bloque para tratar de desalojar a los supuestos estudiantes, quienes respondieron con explosivos artesanales. El ambiente se tornó tenso y se preveía que la situación desembocaría en un enfrentamiento entre los policías y los manifestantes, pero no de la gravedad en la que terminaron.
A medida que el contingente de antimotines avanzaba, los supuestos estudiantes se daban a la retirada. Simultáneamente, otro grupo de manifestantes comenzó a desplegar una pancarta frente a los agentes para ayudarle a Belloso a parapetarse en uno de los arriates que se encuentran frente a la Universidad de El Salvador (UES).
Justo cuando los agentes antimotines estaban a unos 50 metros de distancia de los manifestantes, éstos apartaron la pancarta y Belloso comenzó a disparar con el fusil M-16 contra el pelotón de los agentes antimotines.
Los policías comenzaron a caer uno a uno sobre el pavimento como si se tratara del efecto dominó. Los socorristas que se encontraban en el lugar trataron de auxiliar a los agentes lesionados, pero no se atrevían porque los disparos no se detenían y no se exponían a ser víctimas de los mismos.
