Escuelas empobrecidas roban el futuro de la gente

Algunas de las escuelas ni siquiera tienen dinero para comprar los plumones para escribir en las pizarras; otras tienen sus equipos de computación paralizados pues no sólo no hay repuestos para ellos, sino que su vida útil ha finalizado.

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elsalvador.com

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2016-07-06 9:28:00

Por falta de dinero muchos institutos del área metropolitana así como del interior del país no podrán seguir operando, denuncia la gremial de Codines, formada por los directores de esos centros.

Algunas de las escuelas ni siquiera tienen dinero para comprar los plumones para escribir en las pizarras; otras tienen sus equipos de computación paralizados pues no sólo no hay repuestos para ellos, sino que su vida útil ha finalizado.

Los directivos de Codines han solicitado entrevistarse con los titulares de Educación para exponer los problemas que afrontan, pero no han recibido respuesta. Y si no hay  respuesta, reflexionan, significa que tampoco hay dinero.

Y es en parte por causa de esa falta de fondos, piensan, que habrá una suspensión de clases.

Las escuelas están sin dinero pero los titulares de Educación aseguran lo contrario, como es usual con el actual régimen.
    
Trabajar “contando centavitos” en el mejor de los casos ya se hizo costumbre en el sistema escolar del país, la Cenicienta de “el Estado”. Las escuelas no pueden pagar o lo hacen a destiempo a sus proveedores, o como declara Óscar Melara, director del INTI,  “…las áreas de soldadura se van a paralizar porque ya no hay electrodos… Las áreas de los tornos también van a pasar a paro técnico porque ya no hay hierro, ya no hay buriles”, afirmó Melara.

Eso está obligando a dar clases sin apoyos prácticos, sólo exponiendo verbalmente de lo que tratan las materias.

A todo esto se suma el estado ruinoso de muchas escuelas, como se ha informado ampliamente por EL DIARIO DE HOY y lo vienen denunciando vecinos de las comunidades. Y el estado de los techos es la más patética demostración de lo que sucede.

Compárense los presupuestos asignados a Educación con lo que el oficialismo gasta día a día en propaganda, hablando de un país de maravillas que sólo existe en la cabeza de los que capitanean la extrema izquierda.

Educarse, lo que hasta hace relativamente poco tiempo estaba al alcance de quienes se esforzaban por lograrlo, es lo esencial para tener un futuro, ser productivo, sostener a la propia familia, contribuir al progreso del país.

La persona educada es un catalizador social cuyo ejemplo mueve a otros a hacer lo mismo o al menos superar aquellas primarias habilidades con que se llega al mundo: usar sus manos, hablar y comunicarse, hacer cálculos elementales, comprar y vender.
 

Antes la educación marchaba
mucho mejor que ahora

 

 Hasta hace muy poco en las escuelas había lo necesario para aprender: mobiliario, papel, libros de texto, tiza y pizarrones, uniformes.
Los libros de texto eran excelentes para un país como el nuestro, con muchas gráficas y textos muy revisados. Y cada año se superaba lo del anterior.

A ello se debe agregar otro hecho: que la educación recorre tres facetas: la primera es la hogareña, que cuida a los niños hasta que pueden entrar en la primaria; la segunda es la formal de escuelas, institutos y universidades o centros de enseñanza superior.

La tercera es el trabajo, donde no sólo se aplica lo aprendido en las previas fases, sino que es lo que prepara a la persona a continuar estudiando y capacitando por el resto de su vida, dada la vertiginosa evolución que hay en todos los campos.

Pero eso se está perdiendo en la medida que el Estado exprime a todos…