Síndrome de princesa o responsabilidad social empresarial

Los programas de responsabilidad social empresarial deben ser planificados con base a los territorios, con alianzas estratégicas y una definición específica del aporte social para el desarrollo de un país.

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El caos vehicular que se crea en horas pico en calle Circunvalación y avenida Jerusalén ha incrementado los asaltos a mano armada aseguran los residentes. 

/ Foto Por Drone

Por Víctor Villanueva*

2016-07-07 8:32:00

Cuando se trata de escribir un cuento de princesa, se vuelve predecible el final feliz. Sin embargo, después todo, la princesa terminará por aburrirse del castillo e intentará hacer pequeñas bondades para todo lo que habita fuera de éste.
   
Este mismo fenómeno afecta a algunas empresas que luego de alcanzar altos niveles de rentabilidad y productividad, sufren del síndrome de princesa. En ese momento, intentan ayudar a muchas causas y confunden la filantropía con la responsabilidad social empresarial (RSE). 

Hoy en día, algunas empresas están realizando acciones puntuales que suman de manera parcial a una problemática o necesidad de país, lo cual es un accionar significativo, pero que no encaja dentro del verdadero significado y ejes de RSE, pues dichas acciones en la mayoría de los casos están fuera de los territorios de la empresa y, por tanto, no cuentan con un propósito sostenible. 

En ese sentido, para trabajar un programa de responsabilidad social dentro de la empresa, es importante tener claro cuáles son los territorios de la empresa, por ejemplo, si se trata de un empresa que provee el servicio de Internet, su actuar de RSE podría estar orientado a facilitar la educación digital.

En tanto, resulta lógico definir un programa de RSE cuando los territorios están definidos en una empresa. Además, se vuelve más creíble y enriquecedor cuándo la empresa trabaja con base a una problemática que puede ser saneada con el quehacer natural de una empresa.
 
Para ejemplificar la lógica de los territorios de una empresa y la ejecución de un programa de responsabilidad social empresarial, menciono al programa Sabios & Expertos de AFP CONFÍA, el cual nació con la finalidad de aprovechar el cúmulo y talento de los pensionados para enriquecer con conocimiento a las pequeñas y medianas empresas.

Bajo este esquema y definición de territorio, el programa Sabios y Expertos estableció alianzas con el Programa de Expertos Holandeses Retirados (PUM) y Expertos Franceses Retirados (ECTI), con los cuales brinda apoyo de manera gratuita a las PYME de El Salvador a través de la transferencia de conocimiento y la asesoría voluntaria por parte de un experto retirado local y un experto retirado internacional.
 
En ese sentido, el programa Sabios y Expertos ha apoyado a uno de los motores más importantes de la economía, como lo son las pequeñas y medianas empresas y además, el programa ha brindado un espacio para que los pensionados aporten su conocimiento para el crecimiento de una determinada empresa, la cual al final de una asesoría busca sanear una problemática, incrementar sus ventas, generar nuevos empleos y mayor rentabilidad.

Este programa es un claro ejemplo de cómo los programas de responsabilidad social empresarial deben ser planificados con base a los territorios, con alianzas estratégicas y una definición específica del aporte social para el desarrollo de un país. 

Dar ayudas a proyectos o problemáticas en general no suma al ejercicio empresarial, sino que aleja a las empresas de su verdadero aporte a una sociedad y además, no las convierte en héroes de un problema, sino en princesas que hacen bondades fuera del castillo.

*Colaborador de El Diario de Hoy.