SANTA ANA. Internos del Penal de Apanteos, en Santa Ana, elaboraron instrumentos musicales con materiales reciclados, como cartón, tablas, tapones de botella, y alambres, entre otros.
Aunque son decorativos, parecen reales por la originalidad con la que fueron creados por un grupo de 15 internos.
En total son 30 instrumentos los que fueron elaborados. Iniciaron hace cuatro meses y finalizaron recientemente.
Fueron expuestos durante una actividad que se realizó ayer miércoles.
Madres, esposas, e hijos, llegaron para apreciar la creatividad de los internos, que elaboraron los objetos luego que participaban en otras tareas de reinserción que realiza el centro penitenciario.
Formación
La directora del lugar, María de Baños, comentó que el proyecto se ejecutó como parte de los programas de talleres vocacionales que se imparten en el penal.
De hecho, los 15 internos que participaron en la elaboración de los productos, se graduaron de un curso sobre guitarra y teclado que duró año y medio.
Aprendieron a tocar dichos instrumentos y, por ende, a interpretar diferentes melodías. Ayer fueron tres canciones cristianas las que interpretaron durante un culto de acción de gracias.
La intención de las autoridades del penal es en un futuro crear una orquesta, aunque no han establecido cuándo podría implementarse esta iniciativa.
“Los programas que ofrecen los talleres dentro del penal son religión, arte y cultura, deporte, trabajo penitenciario, fortalecimiento de relación familiar con reos, educación y salud”, expresó la directora.
El penal tiene más de 4 mil internos; de los cuales el 98.5% está incorporado a alguno de los talleres que son impartidos. La intención es descubrir talentos, ya que muchos de ellos tienen potencial en las áreas en las que participan, aseguró de Baños.
“El hecho de que están dentro del penal no quiere decir que no podamos darle la oportunidad de dar a conocer sus habilidades. Nosotros tratamos de darles herramientas de trabajo y ver cómo ellos puedan elaborar grandes proyectos”, dijo.
Los reclusos coincidieron en señalar que se incorporaron al taller sin saber cómo se elaboraba o tocaba un instrumento musical. Pero el año y medio que éste duró les sirvió para aprender.
“Yo no sabía nada de música; aquí vine aprender a tocar guitarra y teclado en todo lo que duró el programa. Ahora mi idea es formar un grupo y cantar para el Señor ya que él fue quien nos dio los dones para aprender”, expresó uno de los graduados, Luis Galdámez.
Las clases de música fueron impartidas por miembros de la iglesia de las Asambleas de Dios de Santa Ana. Los instructores llegaban tres días a la semana.
Los internos recibieron diplomas de reconocimiento por su participación en el taller. La alegría era evidente entre ellos y sus familiares.
Las autoridades informaron que los productos que obtienen en los talleres de pintura y barro, son expuestos y comercializados. Los fondos de las ventas sirven para que los internos compren más materia prima.