Como ya es hábito, el presidente Sánchez Cerén sorprende a los salvadoreños con otra nueva imposición económica de un 13 %, esta vez disfrazada de “Cargo de inversión social”, en la factura de la energía eléctrica, como si no fuera suficiente haber encarecido con tarifas irracionales e inconsultas, el servicio de agua potable.
El reciente anuncio del nuevo cargo al bolsillo de los salvadoreños, no debe analizarse de una manera simplista, porque hay demasiados cabos sueltos sobre por qué se toma una acción de este tipo. Lo primero es que el decreto 39 que contiene la reforma al reglamento de la Ley General de Electricidad fue firmado el 16 de junio por el Ministro de Economía, Tharsis Salomón López, quien curiosamente no lo conversó con los operadores del mercado, ni con la Unidad de Transacciones y es por ello que da la impresión de que lo que pretendían, es hacer creer a los salvadoreños que este aumento obedece a que la energía ha subido de precio. ¡Nada más lejos de la verdad!
El recibo que nos llegue a partir del 15 de julio no vendrá más alto debido al costo de la energía, sino por este cargo que se ha inventado el gobierno, como ya se ha inventado otro en concepto de contribución especial y que, al final del día, le llamen como le llamen, se constituye en más dinero para el Estado y menos para los salvadoreños.
La segunda cosa curiosa es que a pesar de que existe jurisprudencia que ya establece como inconstitucionales disposiciones como esta, el gobierno se empeña en repetir una y otra vez el mismo método para imponer cargos, tasas, contribuciones, impuestos, como si la intención fuera que la Sala de lo Constitucional les corrija la plana para luego salir culpando a la Sala de boicotear al gobierno.
En tercer lugar y no menos importante, debemos detenernos en el análisis de por qué en la reforma se establece que este “cargo de inversión social” irá a parar a las arcas de la CEL y para ello, es necesario que tengamos claro de cuánto dinero estamos hablando aproximadamente.
Por ejemplo, el precio promedio de un megavatio en el mercado es de aproximadamente $70.00 y a esto, hay que sumarle el 13 % que establece el nuevo cargo, con lo cual, el MW pasaría a costar $79.10 y si, según estimado de datos, se consumen 700 Mw/hora, esto se traduce en un aproximado de $4,550,000. al mes, es decir $54.5 millones que ingresarían en un año a las arcas de CEL. ¿Acaso necesitan fondos para pagar errores relacionados con la represa El Chaparral?
Por otro lado, es importante que los salvadoreños conozcan que a pesar de que la Ley General de Electricidad establece que el mercado de energía debe de contratar más de un 60 %, la CEL y LA GEO, que son estatales, no han contratado NADA en el mercado, porque no quieren vender energía barata, lo que significa, que de haberlo hecho, las familias salvadoreñas, podrían pagar un poco menos en su factura de energía.
Todo lo anterior nos lleva a pensar que es muy probable que la CEL esté quebrada. No hay que olvidar que en carta dirigida al Secretario de Técnico de la presidencia, de fecha 27 de abril de 2016, el Banco de Desarrollo Alemán (KFW) le congeló préstamos por valor de $33 millones por considerar que la CEL podría caer en impago por sus altos niveles de deudas, el poco control en la utilización de los recursos y ganancias insuficientes, pero por si esto fuera poco, debemos tener en cuenta que, en diciembre de 2014, La GEO realizó una titularización por $280 millones, y que dicha titularización se respalda con el estimado de flujos futuros, pero habría que preguntarse: ¿cómo va a honrar esta deuda si actualmente no ha contratado ni un megavatio de energía en el mercado?
Al final de todo, tres cosas nos quedan claras: la primera es que no es cierto que el precio de la energía va a subir, el alza en la factura se debe al nuevo cargo que nos pone el gobierno; la segunda es que la CEL y LA GEO podrían estar quebradas y pretenden salir de su iliquidez con este cargo de inversión social que pagaremos todos y la tercera es que con un gobierno en donde las instituciones despilfarran en comidas onerosas y compra de bebidas alcohólicas, no habrá dinero que alcance, ni pueblo que lo resista.
*Diputada