El Estado debe dedicar más esfuerzos a prevenir los embarazos en adolescentes para mejorar las condiciones de desarrollo. Eso es lo que evidencia el documento denominado “Mapa de embarazos en niñas y adolescentes en El Salvador 2015”, que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentó, ayer, en el marco de conmemorarse el 11 de julio el Día Mundial de la Población.
De acuerdo con el estudio, que fue elaborado con datos provenientes del Ministerio de Salud, Ministerio de Educación, el Instituto de Medicina Legal y la Dirección General de Estadísticas y Censos, en ese año se registraron 83,468 mujeres embarazadas, de las cuales 25,132 eran adolescentes de entre 10 y 19 años, y de ellas 13,146 rondaban entre los 10 y 17 años.
Lo anterior implica que para 2015 un promedio de 69 niñas o adolescentes quedaron embarazadas cada día, es decir hubo tres embarazos cada hora o un embarazo cada 21 minutos.
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Se trata, según el informe de “datos que resultan particularmente alarmantes, por una parte por el alto riesgo que significa para la vida de las niñas de dichas edades que han sido embarazadas, y por otra porque la legislación salvadoreña establece que toda relación sexual con una adolescente menor de 14 años constituye delito”.
Entre los departamentos donde hay mayor prevalencia de registros de menores embarazadas son La Paz, La Unión, Cuscatlán y Cabañas, pero al ver la incidencia por municipios destacan Mercedes La Ceiba, Cinquera, San Agustín, Arambala y Torola.
También hay una fuerte incidencia es en los municipios de la zona costera. Departamentos como Chalatenango son la excepción, pues se ha identificado que este tiene elevados niveles de escolaridad entre su población.
Hugo González, representante de la UNFPA, dijo que la situación de las niñas embarazadas se traduce en derechos lesionados y oportunidades perdidas tanto en lo que respecta a ellas como al país.
Con ello González alude al hecho de que las niñas, en la mayoría de los casos, dejan de asistir a la escuela y con ello se reduce la posibilidad de que en un futuro contribuyan al desarrollo del país. De allí que enfatizó la necesidad de que se invierta para prevenir embarazos en este sector de la población.
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Tanto González como la ministra de Salud, Violeta Menjívar, destacaron el impacto fisiológico y psicológico que los embarazos provocan en las niñas y adolescentes.
Menjívar enfatizó que el hecho de que las niñas abandonen la escuela por un embarazo las pone en riesgo de que sigan teniendo más hijos antes de llegar a la mayoría de edad, como ya se han visto casos.
Al respecto la funcionaria de Salud puso en primer plano la necesidad de que existiendo leyes, las instituciones correspondientes generen las condiciones para que se castigue a los culpables de esta situación. En eso también coincidió Rosalía Jovel, Procuradora Adjunta para la Defensa de los Derechos de la Mujer y la Familia.
Carolina Manzano, subdirectora de políticas del Consejo Nacional de la Niñez y Adolescentes (CONNA), dijo que este mapeo muestra que las instituciones que tienen responsabilidad de atender este sector deben buscar la forma de mejorar los servicios y poner en marcha las políticas en materia de salud sexual y reproductiva en aquellos lugares con el mayor índice de embarazos en adolescentes.
También destacó la urgencia de que haya una legislación para evitar matrimonios en niñas menores de 18 años.