Virgada legislativa y ciudadanía avispada

La democracia y la pluralidad toleran la crítica, especialmente cuando se busca sanear los males de un sistema en el que se comenten abusos y se despilfarra el dinero.

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Foto Por edhdep

Por Jaime García Oriani*

2016-07-09 6:25:00

“Al que le pique, que se rasque”. Entre líneas, este popular dicho hace una sugerencia para quien lo escucha: si no te pica, pues “hacete el de los panes”, o sea, si no te sentís aludido, ánimo, seguí adelante porque no es con vos.

Parece que a algunos diputados les picó la última campaña de Digicel. Por si no han visto el reciente anuncio de esta compañía telefónica, en él se ironiza sobre las malas prácticas del sector público, como contratar innumerables e innecesarios asesores y malgastar los fondos del Estado. Termina con un agradecimiento a la tan loable labor de los malos políticos, escrito en un vistoso rótulo LED, muy parecido –no idéntico, claro, porque en ese sí cabe perfectamente todo el texto- a los que ornamentan las curules de los padres de la patria. Esta vez la compañía de celulares tuvo un gran acierto.

A diferencia de la campaña “Manifiesto”-en la que es cuestionable cómo se relativizan y banalizan algunas cuestiones-, este nuevo spot señala una práctica objetivamente reprobable: la corrupción. La sed de transparencia y honestidad que tenemos como ciudadanía hizo que fuera ampliamente aceptado, al menos  según se reflejó en Internet y en las redes sociales. Y si los diputados no lo creen, encarguen a alguno de los 77 asesores de la Asamblea Legislativa para que haga un estudio de opinión pública. 

Fue tal la ofensa que sintieron los diputados, que la tarde del miércoles se acordó en la Comisión Política de la Asamblea pedir a la Siget que retirara el anuncio. Para fortuna de la democracia, parece que desistieron de esta virgada legislativa y matizaron, al día siguiente, sus primeras reacciones.

Esto nos invita a la reflexión.

Primero. La necesidad de acabar con la corrupción y con las prácticas deshonestas une a la población. Esta es una buena oportunidad para organizarnos como ciudadanía, superar las absurdas ideologías y otras diferencias, porque la corrupción trasciende colores y banderas partidarias. La sociedad civil debe hacer presión para fortalecer el Estado de derecho (promover que la Fiscalía, Corte de Cuentas, Ética Gubernamental y Probidad hagan bien su trabajo) y no dejar pasar ni una a los malos políticos. Si somos una ciudadanía avispada, a la larga motivaremos a que los partidos evolucionen, se abran a ciudadanos honestos o de lo contrario morirán, y haremos que los políticos se la piensen dos veces antes de realizar una “mala práctica”.

Segundo. Gracias a los medios de comunicación, sabemos que la iniciativa de censura vino del FMLN, ARENA y GANA. Conocemos, además, las declaraciones de algunos diputados. Veamos aquellas del día miércoles, antes de que cambiaran de parecer. 

Guillermo Gallegos, de GANA, dijo que era “difamación” y advirtió que la compañía se arriesgaba a perder su concesión. ¿Y a los ciudadanos que reclamemos transparencia, qué nos van a hacer? No es de extrañar que se le haya pegado algo de sus amigos del Frente, quienes a mediados de junio intimidaron y agredieron la concentración pacífica del Movimiento Democracia Limpia.

Las palabras de la legisladora de ARENA Carmen Elena Calderón de Escalón fueron extrañamente contradictorias: “[Esta campaña] irrespeta la misma democracia, no se puede permitir porque defendemos el sistema democrático y pluralista”. La democracia y la pluralidad toleran la crítica, diputada, especialmente cuando se busca sanear los males de un sistema en el que, por la misma falta de exigencia ciudadana, se comenten abusos y se despilfarra el dinero de los contribuyentes en gran número de asesores y viajes. 

Los ciudadanos no tenemos ninguna instancia para pedir que se “censure” a los diputados que hacen mal su trabajo, pero afortunadamente podemos votar cara por cara por quienes conformarán la próxima Asamblea. 

Invito a los electores a que, en las próximas elecciones, no olvidemos los nombres y rostros de quiénes intentan silenciar las críticas, y que demos seguimiento a quienes sean elegidos, para que realmente respondan a nuestras exigencias.
 

*Periodista
jaime.oriani@eldiariodehoy.com