Parece un parque de diversiones con barcos de juguete, pero no lo es. Se trata de una réplica a escala del Canal de Panamá donde los pilotos de los barcos gigantes que usan las nuevas esclusas reciben parte de su capacitación.
“Este lugar es un laboratorio de maniobras”, dijo el capitán Fernando Jaén, instructor del Sidmar.
El centro cuenta con dos réplicas de barcos neopanamax: el portacontenedores Maersk Edimburgh, y el granelero Nord Delphinus. Ambos fueron fabricados en Francia y probados en Port Revel, donde también recibieron capacitación los instructores que ahora ofrecen el entrenamiento en Panamá.
Además de estos barcos grandes, el centro posee cuatro remocaldores, de menor tamaño. Estos últimos, que son manejados a control remoto, simulan las maniobras que realizan las naves en el canal real para ayudar a los neopanamax a alinearse y a transitar por las nuevas esclusas.
Jaén explicó que en el Sidmar, los pilotos se enfrentan a condiciones similares a las que luego experimentarán en la vida real en el Canal, como la neblina que en ocasiones limita la visibilidad en ese país.
Los barcos a escala, tanto los grandes como los más pequeños, tienen motores que también guardan una proporción de 1 a 25 con respecto a los colosos reales.
Lagos artificiales
El centro de maniobras también replica las condiciones de navegación en agua profunda y en agua superficial. Para ello, cuenta con dos lagos artificiales que se conectan por un canal que sigue el modelo del Corte Culebra, por donde los barcos reales navegan.
Jaén dijo que los barcos a escala circulan tres veces más rápido en el Sidmar, para agilizar las capacitaciones. Esto obliga a los pilotos a tomar decisiones y maniobrar más rápido, por lo que cuando navegan los buques reales, sienten que tienen suficiente tiempo para reaccionar.
El centro de capacitación e investigación también tiene previsto incorporar en septiembre próximo una réplica de un buque de Gas Natural Licuado (GLP), como los que ya empezaron a usar las nuevas esclusas.