???Hoy por hoy, la mejor narrativa visual está en la TV”

Carlos Scolari analiza los medios y cómo han tenido que readaptarse con la llegada de redes sociales

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elsalvador.com

Por Claudio Martínez

2016-07-14 7:50:00

Argentino, nacido en Rosario, vive en Barcelona y da cátedra… No, no es Lionel Messi. Se trata de Carlos Alberto Scolari, trabaja para la Universitat Pompeu Fabra, específicamente en la facultad de comunicaciones. A pesar de que no conoce en persona a Messi, el futbolista argentino le sirve de referencia. 

“El 24 de junio de 1987, justo el día que nació Messi, yo me estaba graduando en la Universidad Nacional de Rosario”, explica Carlos, quien divide su vida en dos etapas: AM y DM. Antes de Messi y Después de Messi. Y no lo dice por la influencia futbolística sino porque a partir de esa fecha los medios de comunicación sufrieron un vertiginoso cambio. Su número preferido es el 8 mil, y lo repite a cada rato. Es que 8 mil, aproximadamente, son los días que llevamos conviviendo con la web, y desde entonces nada ha sido igual.

Invitado por la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, Scolari pone en el mapa la “narrativa transmedia”, un término que hace un tiempo “usaban cuatro locos” y hoy es tema de debate y disertaciones. El académico se pone cómodo, se quita el saco, se hunde en el sillón y le entra con pasión al tema.

¿Qué es la narrativa transmedia?
Una historia se cuenta a través de varios medios y plataformas, donde el relato aprovecha lo mejor de cada medio para contarse y expandirse. Además, los consumidores se convierten en productores. Por eso decimos que pasamos de un modelo de comunicación de uno a muchos, a otro más horizontal: de muchos a muchos. Claro, en eso contribuye mucho la web y las redes sociales.

Los famosos 8 mil días…
Exacto, no son nada en la historia de la humanidad. Antes los cambios se daban cada cuatro siglos. Ahora en poquitos años ha cambiado mucho la vida de la gente.

¿Para bien o para mal?
Todas las tecnologías traen ventajas y desventajas. ¿La llegada del automóvil fue mejor que el caballo? Sí, porque podías viajar más lejos y tener otras comodidades, pero también genera contaminación, tráfico… Aquí creo que el balance es positivo. Se quejan que ahora hay demasiada información, pero es mejor que la gente esté informada.Sirve para la democracia, ahora es más difícil engañar a la gente. Antes, en un golpe militar lo primero que hacían era tomar la radio y la TV, ahora no funciona así. 

En tu conferencia definiste a la TV como un Tyrannosaurus Rex…
Sí, es que en el viejo ecosistema de medios, la TV era el T-Rex que se comía la mayor parte de la torta publicitaria. Y antes de la tele estaban el cine y la radio, que cuando llegó la TV se vieron obligados a readaptarse. Murió el radioteatro y nació el teleteatro. La radio tuvo que inventar otro formato y lo mismo con el cine. Ahora nuevos medios como Facebook, Netflix y YouTube obligan al resto a replantearse.

¿El cine se reinventó con el 3D?
No creo que sea el 3D el futuro del cine, es más una reacción a los nuevos medios. Creo más en la narrativa. Si una historia es mala, por más que le pongas efectos especiales no va cambiar. Hoy por hoy, la mejor narrativa visual está en la TV, lo dice mucha gente. Las series, los guionistas cuentan con tiempo para trabajar. No tienen dos horas que es lo que dura una película, tienen un arco de 30 o 40 horas para contar la historia de los personajes. En la última década y media, la TV ha superado por mucho al cine en calidad de historias. Si Shakespeare y Cervantes vivieran, hoy serían guionistas de TV. Lo dice el escritor Jorge Carrión y coincido. Sería ese el formato que escogerían para contar las historias.

¿Por qué describes a los nuevos medios como depredadores?
Porque son depredadores de nuestra atención. El tiempo que antes usábamos para leer libros, ver TV, ir al cine y oír la radio ahora es tiempo que estamos en redes sociales. Esos seres depredadores, que hoy son YouTube, Twitter o Snapchat y que cambian con una rapidez increíble, han depredado la atención y alteraron el ecosistema. Cambian todo el tiempo…

¿Por qué tan rápido?
Porque el cambio es constante. Por ejemplo, los jóvenes no usan Facebook porque ahí están los padres y no quieren estar controlados. Prefieren Snapchat, y pronto habrá otra y otra red. Twitter es la única que pierde dinero, aún no logró su modelo de negocios a pesar de tener 350 millones de usuarios. Nunca despegó económicamente. Eso sí, es útil para informarse. Si un periodista quiere competir en velocidad con Twitter va a perder siempre. 

¿Y entonces? 
El periodista tiene que llegar en un segundo momento, pero aportar contextualización, profundizar, investigar y confirmar datos. 

¿Por qué Harry Potter es un buen ejemplo de Transmedia?
Porque a partir de los libros de J.K. Rowling se genera todo un concepto: película, merchandising, videojuegos, atracciones en parques temáticos… Pero no es solo de arriba hacia abajo sino a la inversa. Los fans, por ejemplo, han escrito sus propias historias de Harry Potter. En el sitio de FanFiction.Net hay más de 75 mil escritos sobre Harry Potter. La serie de los libros terminó, pero los fanáticos siguen generando contenido. Al principio J.K. Rowling demandó a sus abogados por usar el nombre de Harry Potter, pero después se dio cuenta. ¿Cómo vas a demandar a tus propios clientes? Al final los hizo parte porque le ayuda a mantener el nombre vigente.

¿Qué opinas de los youtubers?
Son actores muy nuevos en el mundo de la comunicación y en dos o tres años se han posicionado como referentes. Son influencers, sobre todo para los adolescentes. Para muchos chicos de 7 a 9 años, su TV son los youtubers. Ahí les ayudan a resolver videojuegos, les hablan de tecnología, recomiendan libros, las chicas aprenden a maquillarse. Para los adultos es muy difícil de comprender porque son gritones y tienen un estilo frenético.

¿A dónde va la televisión tradicional?
Ahora consumimos más contenidos audiovisuales, pero cada vez menos en la forma tradicional. Los adolescentes ya no miran TV como tal. Esta gente irá creciendo y no sabemos si estos jóvenes multipantallas al crecer se convertirán al modelo Homero Simpson, que se toma una cerveza tranquilo y enciende la tele. No parece que sea así. La TV tradicional quedará para las finales de fútbol, la elección del Papa o cosas muy puntuales en que todo el mundo mira lo mismo.

Aquí aparece en escena Netflix…
Sí, es uno de los elementos disruptivos del mercado. Es curioso porque Netflix nació como una empresa que te llevaba DVD a tu casa. Era como el delivery de la pizza, pero con películas. Y terminó convirtiéndose en una plataforma online y hoy además produce las mejores series de TV. Y encima no te la dan cada semana sino que todo de golpe. Cambia todo.

Hizo cambiar los hábitos…
Antes de Netflix, ver las series era todo un ritual: el mismo día, la misma hora. Ahora te dan 10 capítulos y cada uno los consume como quiere. Otra cosa: al manejar un canal online cuentan con algo que los canales tradicionales no tienen: saben qué capítulos vuelve a ver el usuario, dónde la gente abandona un capítulo, etc. Por eso cuando ellos planificaron la primera serie propia, House of Cards, tenían estudios de big data, cuantitativos. Sabían que los productos con Kevin Spacey tenían éxito, que a la gente le gustaba más esto que lo otro. Es decir, es un producto diseñado a partir de la preferencia de los usuarios. Claro, ellos al tener millones de datos de cómo consume la gente TV pueden planificar… Por eso las medidoras de rating como Ibope y Nielsen están cambiando.

¿En qué sentido?
Están empezando a medir todo. Antes te ponían un aparatito en una TV y con eso medían la audiencia. Ahora eso no sirve porque en la familia cada uno ve algo diferente y en una pantalla diferente. Tienen que incorporar otras plataformas, lo que se genera en redes y otras vías. A veces una serie duplica la cantidad de audiencia si se contabilizan todos estos medios. Lo más curioso es que los grandes disruptores no vienen del propio mercado…

¿Cómo?
Sí, casi siempre los que generan un gran cambio no vienen de la misma industria. Apple no hacía teléfonos y un día Steve Jobs sacó un teléfono del bolsillo y reconfiguró todo el mercado. Uber era un grupo de informáticos, no eran taxistas… Lo mismo Netflix. Cuando estás dentro de un sistema estás muy formateado con lo que pasa. Cuando vas a renovar, las ideas más transformadoras vienen de gente de afuera porque tienen una visión más amplia. Y ahora hay que renovarse todo el tiempo…

¿Cuál es el riesgo de no hacerlo?
Es que todo es tan rápido en los medios que lo que hoy funciona, mañana no. La aceleración que tiene la tecnología te obliga a reciclarte, y en todos los rubros. Antes, un ingeniero civil con dos o tres fórmulas tiraba toda la vida. Quizás después de 20 años aparecía una aleación de metal nueva y cambiaba algo. Ahora no, el cambio es todo el tiempo. 

¿Cómo se analiza este fenómeno?
Es difícil para los que investigamos esto por lo frenético. Los que más lo sufren son los intelectuales. Umberto Eco decía que no hay nada mejor que un libro. Claro, si uno habla con un escriba egipcio de hace 4 mil años, el tipo te diría que el papiro es lo máximo, que es irremplazable. ¿Cómo va a haber algo mejor si llevamos 2 mil años utilizándolo?, dirá. Y después vino el códice, que es el libro como tal. Lo que sucede es que esos cambios antes tardaban siglos en darse. Acá estamos hablando de 8 mil días.