7 razones por las que las mujeres no quieren tener sexo con sus esposos

La intimidad no comienza en la alcoba. La intimidad comienza con el romance, las caricias, la atención, la comprensión durante todo el día. Para las mujeres la intimidad en el matrimonio pasa por los sentimientos

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Por Mariel Reimann, Familias.com

2016-07-16 8:10:00

Según los expertos hay varios factores que influyen en la falta de deseo que tienen las esposas luego de casarse. Ambos ven y sienten a la intimidad de maneras diferentes y muchas veces esa falta de encontrar un punto medio es donde las cosas comienzan a fallar y las relaciones íntimas pierden el verdadero significado para pasar a ser casi como una obligación.

Las causas son numerosas, y éstas son las más comunes:

1. El sexo se convierte en algo secundario y totalmente opcional 

El ajetreo de la vida, la mayor interacción social que hay en el mundo moderno de las mujeres, hace que tengan menos tiempo, menos energía, y que lo único en lo que puedan pensar sea en llegar a casa, en darse un baño y acostarse a dormir. Por el otro lado, los hombres (al menos la mayoría de ellos) parecen siempre tener energía extra para la intimidad, y cuando las esposas se niegan por cansancio, agotamiento, etc., ellos se sienten rechazados y esto a la larga crea problemas.


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2. El sexo se convierte en otra “tarea” a la larga lista de tareas que las mujeres tienen 

Dejan de disfrutarlo, entienden que sus esposos lo necesitan, y aunque ellas también lo necesitan, el cansancio que sienten es tan grande que prefieren hacerlo casi como un trámite para cumplir con otra de sus “obligaciones” como esposa. Cuando se hace un millón de cosas por día, la cama es lo que más se busca, pero para dormir. El hecho de que las mujeres dejen de disfrutar de la intimidad con sus esposos y la comiencen a ver como una tarea, a la que deben marcar como realizada en sus calendarios, irá destruyendo la relación.

3. Falta de romance por parte de sus esposos 

La mayoría de las mujeres valoran o disfrutan más de la compañía, caricias, palabras de amor y cuidados de sus esposos que de una joya de oro con diamantes, sin embargo, la mayoría de los hombres no interactúan con sus esposas durante todo el día y a la noche aparecen buscando tener intimidad, dejando a sus mujeres con una sensación de haber sido usadas, una sensación de soledad.

Esta conducta repetitiva por parte de los hombres va causando heridas en las mujeres y el sexo pasa a ser cualquier cosa, en lugar de ese elemento mágico que deja que dos personas se conecten profundamente.


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4. Se convierte en una moneda de pago 

Las mujeres tarde o temprano se dan cuenta de que sus esposos están prácticamente dispuestos a cualquier cosa por tener sexo con sus mujeres. Muchas usan esto como un juego de poder o como moneda de cambio.

Saben que si les prometen tener intimidad en la noche si ellos trabajan en el jardín, o llevan a los niños a natación, o preparan la cena, ellos lo harán más pronto que corriendo. Y en apariencias, no es un mal trato, él obtiene intimidad y ella el jardín limpio, sin embargo, este tipo de trueques son sumamente malos para las parejas.

Cuando una pareja llega a este nivel, se asume que el único que lo disfruta es el hombre y que ella se lo da como parte de pago por lo que él hizo. Cuando esto toma lugar en una pareja, el precio que se paga es muy alto. Cada vez que él diga que no a algo que ella pida, ella dirá que si le hubiera ofrecido sexo, él lo hubiera hecho. Esta conducta denigra y lastima a ambos por igual.

5. Se convierte en algo que cuanto más rápido lo hagan, más rápido podrán seguir haciendo lo que estaban haciendo antes 

No hay más disfrute para la mujer, se trata de algo que es sólo para que él disfrute y cuanto más rápido mejor.

6. Tienen que competir con las actrices de pornografía 

Saben que el sexo en la pareja es escaso, y sospechan o saben que sus esposos están usando pornografía para satisfacer sus necesidades fisiológicas. Esto crea todo tipo de inseguridades en las esposas; las cohíbe, las hace sentirse inferior. Y es algo lógico, la mayoría de las mujeres ya no tienen 20 años, y tampoco tienen los cuerpos de hace 10 años.

7. Sus maridos las avergüenzan por su apariencia física

Como parte de un tipo de abuso emocional, muchos hombres usan palabras despectivas haciendo que sus esposas sientan vergüenza de cómo se ven físicamente.

Es una forma de control; con esta actitud, los hombres logran que sus esposas se sientan inseguras en todo momento, disminuyendo los deseos de que sus esposos las vean en la intimidad.

¿Cómo remediar esto? Los hombres deben entender que ningún ser humano puede querer hacer algo si no lo puede disfrutar; sin importar lo impresionante que haya sido antes o lo bueno que suene, si la mujer no lo puede disfrutar, sea lo que sea que la motive, no serán deseos, ni ganas.

La intimidad no comienza en la alcoba y a la noche. La intimidad comienza con el romance, las caricias, la atención, la demostración de amor, la comprensión durante todo el día.

Para las mujeres la intimidad en el matrimonio pasa por los sentimientos y también por la posibilidad de disfrutarlo, de otra manera, se convierte en una obligación, una transacción o un trámite que cuanto antes termine, mejor.