Migueleño que nunca probó un Cocomalt, un refresco de tiste con leche o la famosa ensalada de la Refresqueria Rosita, no es migueleño.
Las bebidas tienen 67 años de historia, y su creadora, Rosa Angélica Córdova, es conocida por cientos de migueleños que hoy viven en el exterior y que en más de una vez pasaron por el local ubicado en el barrio La Merced para refrescarse con una de las variadas bebidas.
Al tradicional negocio han llegado el Vicepresidentes de la República, como Óscar Ortiz, la ex primera dama Vanda Pignato, la ex ministra de Salud, María Isabel Rodríguez y sin faltar el macizo de nuestro periódico hermano Mas!, Juan Calles.
En el local hay recuerdos fotográficos que tapizan una de las paredes y que atesora como reconocimientos al peculiar sabor de las bebidas tradicionales de los migueleños.
“Quien viene a San Miguel y no pasa por la refresquería Rosita por su Cocomalt, es como no haya venido”, dijo la propietaria. Relató que elaborar refrescos es una tradición de familia que ella heredó de su abuela , quien dedicó su vida a ello y luego se encargó su madre con la ayuda de ella.
En 1970 le negocio paso a su actual administradora Rosa Córdova.
El negocio se ubicaba en la 7° Avenida Norte y en esa época las calles de San Miguel aún eran de polvo y la gente siempre tomaba un descanso para pasar por la refresquería.
“Se llenaba, mucha gente llegaba a tomarse su refresquito, sobre todo al mediodía o en las tardes”, recordó .
La variedad de las bebidas siempre fue mucha, pues los sedientos podían como hasta hoy, elegir entre refrescos de horchata con leche, cebada con leche, tiste con leche, fresa con leche, tamarindo y el más pedido el tradicional cocomalt.
“La gente nos pide de todos, pero el que más reconocen es el cocomalt”, reconoció la comerciante.
El cocomalt está hecho de canela, leche de vaca fresca, bananos, hojuelas de maíz y un jarabe de azúcar .
“Parte de los ingredientes con los que elaboramos el cocomalt, es un polvito (jarabe) y ese se llama cocomalt, por eso decidimos llamar igual a la bebida, pero añadiendo otros elementos para darle un particular sabor”, reveló Rosita.
Esta migueleña, de 92 años de edad, sigue al frente de la refresquería más famosa en San Miguel y dijo que “seguiré dirigiendo el negocio mientras tenga vida”.
Ángela Sánchez, llega al menos dos veces a la semana acompañada de su familia refrescarse con un cocomalt que es servido en un huacalito de morro.
“Es una bebida rica y natural”, dijo la cliente.